BETTY VE TELENOVELAS
De 'Pasión de Gavilanes' a 'Fatmagül': 10 historias que han hecho historia en Nova
Hace 15 años Nova llegaba a las pantallas españolas. Durante todo este tiempo han sido muchas las historias de las que hemos sido testigos, muchos los romances que nos han enamorado, muchos los dramas que nos han emocionado, muchos los paisajes que nos han sorprendido, muchos los personajes que nos han seducido.
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Probablemente cada espectador tenga una lista muy personal y particular de los mejores momentos que ha vivido sintonizando esta cadena, pero, sin duda, hay títulos que forman parte de la historia de Nova porque han encantado a la audiencia.
'Pasión de Gavilanes', la incombustible
Es prácticamente imposible explicar el fenómeno que se produce cada vez que la reconocible melodía de "¿quién es ese hombre?" empieza a sonar. No importa el número de veces que se haya emitido ya 'Pasión de Gavilanes'; no importa que nos sepamos la historia de principio a fin; no importa que seamos capaces de describir hasta el más mínimo detalle de las secuencias más importantes. Nada de eso importa porque siempre volvemos a caer seducidos ante los Reyes y las Elizondo.
Porque una y otra vez queremos ver cómo el rudo Juan se convierte en todo ternura ante la dulce Norma. Queremos ver a Óscar dejando atrás su ambición por la pasión que siente por Jimena. Queremos ver a Franco rompiendo sus lazos con Rosario para descubrir a la verdadera Sarita. Queremos ver a doña Gabriela descubrir que tiene un ojo pésimo para seleccionar yernos y amistades. Queremos ver a don Fernandito morder el polvo ante el mugroso albañil que le arrebata todo cuanto desea. Queremos ver a don Martín y a Eva y a Ruth y hasta a Dínora Rosales.
'Fatmagul', el fenómeno turco
Si 'Pasión de Gavilanes' es el gran fenómeno latino de la cadena, sin duda 'Fatmagül' es el paradigma del fenómeno turco. No solo por ostentar el título de emisión más vista de la historia de la cadena, sino porque, además, supuso el pistotelazo de salida a la llegada de producciones turcas a España. Sin la apuesta decidida y valiente de Nova por 'Fatmagül', el fenómeno turco que se ha convertido ya en una realidad no sería tal.
'Fatmagül' supuso la llegada a España de nuevos aires para el género, nuevas tramas, nuevos escenarios, nuevos rostros. Con esta historia conocimos a Beren Saat y Engin Akyürek, a quienes después pudimos disfrutar en papeles completamente diferentes como los que interpretaron en 'Amor prohibido' y 'Amor de contrabando'.
Pero, además, 'Fatmagül' también trajo un nuevo concepto de historia, donde el romance tenía una cuota importante, pero donde la esencia, el eje central, lo importante, lo fundamental era llamar la atención a la audiencia sobre la tragedia de la protagonista y de tantas mujeres en la vida real. Lo que recordamos de 'Fatmagül' no es solo su relación con Kerim. Lo que hace que esta historia sea tan especial es que recordamos su lucha interior por superar el trauma de haber sido víctima de una violación múltiple. Su lucha por conseguir que la justicia castigara a los culpables. Su lucha por conseguir que la sociedad señalase con el dedo a los violadores y no a ella.
'Madre', el talento tiene futuro
Y en la misma línea que 'Fatmagül' de provocar la reflexión y la reacción de la audiencia ante problemas reales y cotidianos, llegó 'Madre'. En este caso la protagonista era Cansu Dere, la "reina de Nova", gracias a este trabajo y a sus interpretaciones en 'Sila' y 'Ezel'. A su lado estaba Beren Gökyildiz. ¿Alguien ha conseguido olvidar la aterrorizada mirada de una niña con un vestido rojo ante un par de zapatos?
'Madre' fue una historia intensa, dura, que provocaba que a los espectadores se nos encogiese el corazón cada vez que veíamos a la pequeña Melek cerca de su madre biológica y su padrastro. Pero fue también una historia que nos trajo esperanza. La esperanza de que siempre existe una salida. Que hay Zeyneps por el mundo dispuestas a darlo todo por sus hijos. Que hay "señoras Torpes" que consiguen con una simple sopa que los más frágiles y débiles olviden sus penas.
'Madre' ha entrado en la historia de Nova por la puerta grande, no solo por su incuestionable éxito de audiencia, ni por haber sido la primera en emitirse en un prime time de un domingo, sino porque dejaba a un lado el convencional “chico conoce a chica” para apostar por una trama mucho más social y emocional que romántica.
'Sortilegio', los clásicos nunca decepcionan
Pero quizá uno de los grandes puntos fuertes de Nova es su apuesta por la variedad. Los dramas turcos conviven en la pantalla con las telenovelas de toda la vida, como 'Sortilegio'.
A la historia protagonizada por William Levy y Jacqueline Bracamontes le pasa como a 'Pasión de Gavilanes'. Siempre nos convence, siempre nos seduce. Queremos ver a Alejandro ejercer de perfecto príncipe azul. Queremos ver a María José adaptarse a las nuevas circunstancias que rodean su vida. Queremos ver a Bruno fracasar una y otra vez en sus constantes planes. Queremos ver a doña Victoria enamorarse del joven Fernando.
'Sortilegio' forma parte de esas historias tradicionales que siempre encantan a la audiencia. Son títulos como, por ejemplo, 'Una maid en Manhattan', 'Bella calamidades', 'Victoria', 'Sin tu mirada', 'Muchacha italiana viene a casarse' y tantas otras.
'Soy tu dueña', los grandes nombres del género
Las grandes historias de toda la vida tienen, además, otro elemento que nos cautiva: el reencontrarnos con esos actores a los que hemos visto una y otra vez y que siempre nos enamoran.
Eso pasaba en 'Sortilegio', donde nos reencontramos con el William Levy que nos sedujo en 'Cuidado con el ángel' o 'Triunfo del amor' y pasa en 'Soy tu dueña', protagonizada por una de las parejas más queridas, recordadas y admiradas del género.
Lucero y Fernando Colunga nos trasladan como Valentina y José Miguel a la hacienda “Los Cascabales”, donde vivimos su intensa historia de amor, pero también la obsesión de Rosendo o la inestabilidad emocional de Ivana.
Pero, al margen de los detalles, 'Soy tu dueña' es ejemplo de todas esas historias que nos hacen viajar a través de la pantalla a esas haciendas donde patrones y peones viven mil y una situaciones difíciles de olvidar. Pensando en ‘Soy tu dueña’ es imposible no recordar 'Amor bravío' con la siempre brillante Silvia Navarro, 'La tormenta' con Christian Meier, la 'Doña Bárbara' de Edith González, 'Destilando amor' con Angélica Rivera o 'Vino el amor' con Gabriel Soto.
'La patrona', la protagonista empoderada
A lo largo de estos años hemos visto muchas protagonistas como la tradicional damisela en apuros que encuentra el príncipe azul que la rescata, pero también hemos descubierto a mujeres fuertes y valientes que luchan por sí mismas por salir adelante y defenderse solas.
Es el caso, por ejemplo, de 'La patrona' de Aracely Arámbula. En esta historia somos testigos de la transformación de la humilde Gabriela Suárez en la sofisticada Verónica Dantés previo paso por un psiquiátrico. Pero el cambio no es solo estilístico, sino también de actitud. Gabriela-Verónica se sabe víctima de una injusticia y no ceja hasta limpiar por completo su nombre y poner en evidencia a la verdadera culpable: Antonia Guerra, interpretada por la inolvidable Cristian Bach.
Aunque en esta historia también tenemos al correspondiente galán, Alejandro (Jorge Luis Pila), son las mujeres quienes llevan el peso de la trama. Algo que sucede en otras historias donde son ellas quienes soportan el mayor protagonismo como la perversa 'Rubí', 'Doña Bella', 'La gata' con la admirada Maite Perroni, o la recordada 'Gata Salvaje'.
'Yo soy Betty, la fea', el humor inteligente
En la historia de Nova también ha habido hueco para las historias que han tenido en el humor una parte importante de su desarrollo. Ejemplo de ello es el clásico 'Yo soy Betty, la fea', donde se daba la combinación perfecta entre un brillante y fino sentido del humor y una inteligente crítica hacia el poder de la imagen y el mundo de la moda.
Ha pasado mucho tiempo desde que conocimos a la doctora Beatriz Pinzón y a don Armando Mendoza, pero seguimos recordando la inteligencia y eficiencia de ella, la situación de "cazador cazado" de él, la amistad inquebrantable del cuartel de las feas, la lealtad de Nicolás Mora, los seis semestres en finanzas de "la peliteñida" y tantos otros momentos que forman parte de la historia.
Habría muchos otros títulos con toque de humor de los que hablar como, por ejemplo, ‘Por ella soy Eva’ y la inolvidable Eva María León Jaramillo, viuda de Zuloaga.
'Hercai', el peso de la tradición
Durante este tiempo también hemos aprendido mucho sobre las costumbres de muchos países y, entre lo más destacado, está, sin duda, nuestro descubrimiento de la importancia que dan en determinadas regiones de Turquía al concepto “tradición”. Lo averiguamos por primera vez cuando viajamos a Mardin para conocer a 'Sila' y lo reafirmamos con nuestra excursión semanal al mismo lugar de la mano de 'Hercai'.
En este caso, en 'Hercai' el eje central de la historia radica en un pasado lleno de secretos, mentiras y engaños, donde todos ocultan algo y donde son los más jóvenes quienes pagan las consecuencias y quienes deben seguir las pistas que van encontrando para llegar a la verdad. Como espectadores, queremos que el matrimonio de Miran (Akin Akinözü) y Reyyan (Ebru Sahin) funcione, que sean felices, pero, a la vez, también queremos que descubran todo lo que esconden las piedras de las mansiones Sadoglu y Aslanbey.
'Fugitiva', la luz al final del túnel
En 'Hercai' están aún en medio de las sombras, pero en 'Fugitiva', Nefes (Irem Helvacioglu) y Tahir (Ulas Tuna Astepe) ya empiezan a ver la luz al final del túnel. Fue un túnel muy oscuro, muy largo, muy siniestro, donde Nefes y su pequeño Yigit sufrieron lo inimaginable y donde los espectadores más de una vez sentimos el deseo de atravesar la pantalla para protegerlos de aquel Vedat, a quien tanto odiamos y, a la vez, tanto admiramos por su genial interpretación.
Porque, sin duda, el papel de villano es uno de los más importantes de cualquier historia. Un villano malo puede provocar que una buena trama pierda toda la fuerza, pero un buen villano es el contrapunto perfecto para mantener la atención de la audiencia.
Vedat fue un villano excepcional, al igual que el Gendiz de 'Madre', la Brujilda de 'Amarte así, Frijolito', la Bárbara Greco de 'Mañana es para siempre', la tía Carlota de 'En nombre del amor' o Marlene de 'Eva la trailera'.
'Te doy la vida', la apuesta por el futuro
Pero no solo los grandes títulos del pasado han pasado por las pantallas de Nova. En su programación también hay hueco para propuestas actuales como 'Te doy la vida', donde cada tarde somos testigos del triángulo que se ha formado entre Pedro, Elena y Ernesto, con el añadido de preocuparnos por el bienestar físico y emocional del pequeño Nico.
En esa línea justo es recordar también la apuesta por 'Amar a muerte', una historia con una temática muy poco convencional, donde la muerte y la reencarnación tienen un destacado papel.
Y 'Amar a muerte' supuso también la normalización completa y total de la temática LGTBI en el género. Ya lo había iniciado Aristemo en 'Mi marido tiene más familia' y Juliantina no hizo más que confirmar un movimiento que ya es imparable.
Habría muchos más títulos que mencionar. Habría que hablar de las historias de época como 'El zorro: la espada y la rosa' o 'Alborada'; de los thrillers como '¿Dónde está Elisa?'; de las tramas con toque científico como 'Aurora' o 'El clon'; de las narconovelas como 'El señor de los cielos'; de la lucha entre pasión y devoción de 'Esperanza mía'…
Habría muchos más actores y actrices de los que hablar. De los consagrados desde hace años (Daniela Romo, Ana Patricia Rojo, Adela Noriega, Jorge Salinas, César Évora, Ana Brenda Contreras, Angelique Boyer, etc.) a los nuevos talentos (Michelle Renaud, Esmeralda Pimentel, Danilo Carrera, Ferdinando Valencia, Livia Brito…)
Habría mucho más que decir. Diez títulos para quince años de historia son una minúscula proporción, pero eso es algo que precisamente engrandece a Nova.
Hemos visto tantas historias, hemos disfrutado tanto, hemos reído tanto, hemos llorado tanto, nos hemos emocionado tanto, que, sin duda, cada espectador haría una lista diferente, única e intransferible de los momentos compartidos con Nova.
Y, por eso, Nova se ha convertido en parte de nuestra vida. Porque cada día a cualquier hora nos ofrece la oportunidad de vivir las emociones más intensas en los lugares más insospechados desde la comodidad del sofá de nuestra casa.
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