LA REINA CARLOTA

'Queen Charlotte', ¿a la altura de 'Los Bridgerton'? Sus diferencias en cuanto a sexo, personajes y calidad

Mientras esperamos la llegada de la tercera temporada de 'Los Bridgerton', Shonda Rhimes nos trae un jugoso entremés aderezado con pasión y sexo: 'Queen Charlotte', una precuela sobre la reina Carlota y sus comienzos con el rey George.

La reina Charlotte y el rey George en 'La reina Carlota'

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Cuando se estrenó 'Los Bridgerton', uno de los aspectos de la serie que más debate despertó fue el de la inclusión de personas racializadas en una ficción que retrataba una época donde no las había, al menos en tal proporción. Era una licencia creativa que sus detractores no aceptaron, obviando que la serie de Netflix no pretende en ningún caso ser históricamente rigurosa, sino que nos presenta una suerte de fantasía ajena al tiempo y al espacio, donde es más importante disfrutar de los vestidos, los palacios y el cuento de hadas que de retratar un contexto fidedigno.

Partiendo de aquello, es interesante que el primer spin-off de la serie, titulado 'Queen Charlotte' ('La reina Carlota, una historia de Los Bridgerton'), esté precisamente centrado en la monarca negra y utilice esta peculiaridad para poner sobre la mesa algunos temas, aunque sea de forma superficial.

El rey George y la reina Charlotte en 'La reina Carlota'
El rey George y la reina Charlotte en 'La reina Carlota' | Netflix

Casi como si de una ucronía se tratase, la raza de la reina Carlota esta vez no se da por sentado, sino que el racismo y el clasismo se abordan en esta serie, así como el poder de la mujer en un mundo de hombres, para darle cierta dimensión. Es un punto a favor, aunque tampoco podemos esperar un profundo desarrollo: al igual que su predecesora, 'La reina Carlota' no deja de ser una historia escapista, hasta cierto punto trivial, donde se manejan los mismos códigos y se buscan los mismos objetivos: entretener al espectador con una mezcla entre amores pasionales complicados, sexo e intrigas palaciegas.

Su punto de partida es bastante formulaico y facilón, pero también efectivo. La reina Carlota tiene que hacer frente a un matrimonio concertado que no le apetece mucho, al menos hasta que descubre que su prometido, el rey Jorge, resulta que es un muchacho guapísimo con una sonrisa arrebatadora (¡sorpresa!). Ella es, por supuesto, una mujer valiente que dice lo que piensa y que no va a aceptar cualquier orden y él un hombre con buen fondo pero atormentado por un problema (que no desvelamos para que el espectador lo descubra por sí mismo) y que a veces se comporta con ella como un encanto y otras absolutamente distante. Tanto como para enviarla a dormir a un palacio diferente al suyo.

Todo esto proyecta un camino de altos y bajos, de dimes y diretes, que posibilitan que su culebrón se extienda a lo largo de seis episodios, a pesar de que sepamos que siguen 'juntos' en el futuro. La predecibilidad puede jugar en contra de 'La reina Carlota', pero no solo por su naturaleza de precuela, sino por lo que nos vende. A nadie le pilla desprevenido a estas alturas que estamos ante una historia de amores imposibles que acabarán juntos.

El rey George en 'Bridgerton'
El rey George en 'Bridgerton' | Netflix

Sin embargo, la serie consigue todo lo que se propone con altos niveles de producción: vestuario y localizaciones recrean a la perfección la fantasía este siglo XVIII imaginario y las buenas interpretaciones ayudan a que las tramas se sostengan. India Amarteifio y Corey Mylchreest conforman una pareja con química (motivo más que de sobra para pensar qué clase de locura colectiva nos llevó a pensar que Regé-Jean Page lo hacía bien) y dan suficientes matices a sus personajes, a los que vemos también en otra trama posterior, encarnados por los actores que vimos en 'Los Bridgerton'. Ver a una Golda Rosheuvel con más espacio para el desarrollo es uno de los hallazgos de esta precuela, así como darle profundidad tratando el peso que supone para esta Carlota madura la motivación de mantener vivo el legado de su esposo.

Por supuesto, el sexo es parte fundamental en 'La reina Carlota' como ya lo era en su serie madre. No es que lo haya en exceso y podríamos debatir si está bien hilado o si solo se introduce para darle morbo a la historia (un poco las dos cosas), pero es bastante continuista: nunca es demasiado explícito, pero sí sexy y está dosificado (atentos, por ejemplo, a la escena de la bañera de los protagonistas) y hay más que en la segunda temporada de 'Los Bridgerton', que recibió críticas de escasez. A través del sexo, además, se profundiza en un personaje de la serie principal, Agatha Danbury, de quien también vemos cómo fue su juventud y también tenemos una historia gay protagonizada por dos miembros del servicio de la corte para sumar salseo.

Sin ser una serie trascendente, ni que vaya a colarse en las listas de lo mejor del año, la propuesta cumple con su cometido. Amplía el universo de 'Los Bridgerton' como gran franquicia para Netflix sin ser decepcionante, utiliza los mismos elementos y da un bocado breve pero jugoso a quienes tienen hambre de la serie principal, mientras esperan a la tercera temporada. 'La reina Carlota, una historia de Los Bridgerton' no es ni más ni menos que eso, un sabroso entremés.

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