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BETTY VE TELENOVELAS

Quién es quién en 'Sila', la reina de Nova

A estas alturas no hay duda de que Cansu Dere es una de las actrices turcas más conocidas y reconocidas en España. Ahora regresa 'Sila' a Nova, donde interpreta uno de sus papeles más icónicos y más exitosos. Con 'Sila' regresa no solo Cansu Dere, sino también una de las series más exitosas de los últimos tiempos y también regresan una serie de personajes que no está de más presentar a quienes viajan a Mardin por primera vez o recordar a quienes tienen pensado volver a emprender este viaje tan especial.

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La reina Sila

A Sila (Cansu Dere) la conocemos cuando tiene absolutamente todo para tener una vida de princesa: unos padres que la adoran, una saneada posición económica, un enamorado pretendiente, una cuidada formación académica. Pero ese futuro prometedor se ve truncado cuando el pasado se presenta en el presente sin previo aviso. Es entonces cuando el colorista cuento de hadas deriva hacia la tragedia más oscura.

Sila tenía planeado viajar a Europa, pero al final su rumbo gira hacia el este, hacia Mardin, hacia un mundo tan cercano en lo geográfico como lejano en todo lo demás.

En Mardin Sila se reencuentra con esa familia que no sabía que tenía y también con una vida organizada, preparada y diseñada por todos menos por ella. Sila solo descubre la magnitud de su nueva situación cuando se encuentre con un acta de matrimonio y una pistola en su cabeza.

Y así, por obra y gracia de unos desconocidos que dicen ser sus parientes y a golpe de amenazas, la sofisticada Sila ser convierte en la esposa del jefe de un clan que parece salido de la Edad Media más medieval.

Es a partir de entonces cuando Sila va a tener que hacer acopio de toda su fuerza, valentía y coraje para enfrentarse a la gran dicotomía: salir corriendo de esa jaula de oro que la asfixia o utilizar su condición de gran señora para romper esos barrotes para ella y el resto de las mujeres de Mardin. Romper ese matrimonio impuesto y forzado o darle una oportunidad a esa relación que tan mal empezó.

El jefe Boran

Y si Sila tiene que enfrentarse a su inesperada nueva situación, Boran (Mehmet Akif Alakurt), la otra parte contratante de este peculiar contrato, también debe acostumbrarse a unos cambios que no imaginaba.

Boran es el jefe del clan y, como tal, actúa como firme defensor de las costumbres del lugar, pero, a la vez, también se está especializando en buscar pequeñas rendijas por las que permitir que entre algo de luz en esa oscura civilización. Y en ese marco, Boran acepta su matrimonio con Sila con el estoicismo de quien ha sido educado bajo unos sólidos y firmes principios basados en la defensa a ultranza de esos mismos principios.

Sin embargo, la entrada de Sila en la mansión Genco va a provocar que todo Mardin se tambalee, incluido su jefe supremo, que desde el primer momento va a tener la complicada misión de mediar entre su mujer y su legado familiar.

La familia de ella

Por si Sila no tuviera suficiente con convivir con su desconocido marido y con acostumbrarse a las estrictas normas morales de su nuevo hogar, también va a tener que conocer a su familia de sangre.

A ese padre que no ha vacilado en venderla dos veces. Una, cuando era una niña, por necesidad económica. Dos, ahora, por necesidad moral. ¿Para qué soportar las habladurías de los vecinos mientras toma el té o el raki en el bar del barrio si puede utilizar a su hija como moneda de cambio?

Sin embargo, Sila sí contará con el abrazo, el consuelo y la comprensión de su madre, que también, a su manera, es víctima de la época y el lugar donde le ha tocado vivir. Bedar creía a su hija muerta y ahora que la tiene junto a ella hará cuanto pueda por no tener que llorar de nuevo su ausencia.

De su hermano Azad por ahora solo podemos decir que es el gran culpable de la dramática situación de Sila. Es entendible que quiera salvar su cuello, pero enerva que no sienta prácticamente ninguna consideración hacia su hermana.

En cuanto a sus hermanos pequeños, va a ser interesante ver cómo los infantiles ojos de Emir interpretan los sucesivos acontecimientos y, por supuesto, habrá que estar muy pendientes de Dilan, protagonista de uno de los misterios más intrigantes de toda la historia.

La familia de él

De los padres Genco hay que destacar que son los amos y señores del clan y como tal se comportan y actúan las 24 horas del día. En su caso no hay tiempo ni lugar para los sentimientos. Lo más importante es el honor familiar. De hecho, Kevser nunca se desprende del ropaje de primera dama. Primero va el apellido. Después va la sangre.

Solo así se entiende su actitud hacia Narin. Ha sido su hija consentida hasta que cometió el grave de error de enamorarse sin la autorización familiar. Narin ha puesto en tela de juicio el honor de los Genco y debe pagar el precio de ese abominable crimen. Menos mal que Narin, a diferencia de Sila, sí cuenta con un hermano dispuesto a protegerla y a alterar por completo su vida con tal de salvar la de su hermana.

Narin es hija de Kevser pero poco a poco descubriremos que tiene mucho más en común con Bedar. Y paso a paso seremos testigos de cómo la frágil y temerosa Narin va a convertirse en un apoyo imprescindibles para prácticamente todos los miembros de esta peculiar gran familia.

Los eternos aspirantes

Pero no solo las familias van a sufrir las consecuencias del matrimonio entre Boran y Sila. Entre los principales damnificados está Emre, es decir, el novio que Sila dejó en Estambul y que prácticamente se entera de la ruptura cuando la que era su novia le presenta a su marido.

En ese primer momento Emre nos provoca cierta ternura porque ha sido derrotado sin pisar siquiera el campo de batalla. Con el tiempo se convertirá en el mejor aliado de Sila a la hora de buscar y defender su libertad, pero en su afán por protegerla de la amenaza que la persigue cometerá un error de cálculo fatal: creer que Boran será un paréntesis en la vida de Sila. Sin embargo, la realidad es que Mardin ha sido un punto y aparte en la vida de Sila. Y Emre no puede asumir que él se ha quedado en el párrafo anterior mientras que Boran es un continuo punto y seguido.

Por otro lado, tenemos a Cihan, primo de Boran y suplente al título de jefe del clan. Cihan envidia y odia a partes iguales a su primo. Lleva años esperando un traspiés, error o equivocación de Boran que suponga una oportunidad para que él pueda ocupar el sillón de gran jefe.

Y Sila puede ser esa oportunidad porque si Boran no es capaz de controlar a su mujer, ¿cómo va a controlar al clan? Si Boran no es capaz de poner orden en su casa, ¿cómo va a ordenar el destino de todos sus gobernados?

La antagonista principal

Aunque Cihan se lleva el papel de villano principal, hay otro personaje antagonista que tiene tanto o más protagonismo que la propia Cansu Dere.

Se trata de un personaje tan etéreo como omnipresente, tan indescriptible como indescifrable, tan invisible como inevitable: la tradición, probablemente la palabra más repetida en los guiones de esta serie. ¿Quién es la tradición? Pues es la ley no escrita que rige el destino de los habitantes de Mardin y que debe ser aplicada a rajatabla por los Genco.

Es la tradición la que dice que Narin y Azad no pueden tener una relación. Es la tradición la que dice que Boran y Sila deben casarse o Narin y Azad deben morir. Es la tradición la que dice que Sila debe permanecer junto a su esposo o será condenada a muerte. Es la tradición la que dice que, si Sila huye, Narin, Azad y ella deben morir. Es la tradición la que dice que Boran deberá ser quien los mate. Es la tradición la que dice que, si Boran no ejecuta esa sentencia, no será digno de ser jefe.

Y esa tradición que ha provocado la boda entre Sila y Boran será la misma tradición que se inmiscuya una y otra vez en su relación porque es muy consciente de que su supervivencia dependerá de que sus mayores enemigos no unan sus fuerzas contra ella. Cuanto más distantes estén Boran y Sila, más fuerte será la tradición. Cuanto más unido esté el matrimonio, más vulnerable será la tradición.

Así pues, esa es la gran batalla que deberá enfrentar Sila. Su matrimonio con Boran va a ser un camino con algunas rosas y muchas espinas, pero el verdadero quebradero de cabeza de Sila no será sentimental, sino racional. Su verdadera tarea será plantar cara a la tradición. Y no será fácil porque será una lucha a muerte. Al final de esta historia solo podrá quedar una. La tradición o Sila. Sila o la tradición.

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