LA FIEBRE DE LOS REMAKES

El revival de las series de los 2000: ¿nostalgia o falta de ideas?

Si sientes nostalgia por series como Prison Break, The Office, True Blood o Buffy, Cazavampiros, ¡estás de enhorabuena! Hollywood nunca deja de exprimir las marcas exitosas del pasado y ahora ha puesto el ojo en la década de los 2000.

Prison Break, Buffy, Cazavampiros, The Office y Dexter

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Al igual que dicen que a todo cerdo le llega su San Martín, con la nostalgia y la fiebre de los remakes televisivos pasa parecido: si algo tuvo éxito en el pasado, es cuestión de tiempo que algún ejecutivo de Hollywood decida adquirir sus derechos y darle una nueva vuelta (o media) para ver si puede exprimir de nuevo ese mismo limón. ¿Y cuál es ahora la década predilecta para extraer material como si de una mina se tratase? Parece que la de los 2000, en adelante.

No sabemos muy bien cómo hacen los que mandan para escoger proyectos de un tramo u otro del pasado, pero seguramente tenga que ver con los siguientes factores: épocas que ya empiezan a ser lejanas (aunque cada vez se reducen menos los tiempos cuando los pozos empiezan a estar secos) y en las que quienes entonces eran niños o adolescentes ahora son adultos con poder adquisitivo (vamos, que no van a hacer un remake de tu serie favorita si no eres un target comercial interesante).

Si Stranger Things se hizo de oro explotando la nostalgia por Los Goonies de los niños de los ochenta, la nostalgia de la generación Hannah Montana está ahí a la vuelta de la esquina. Y no solo pasa con la televisión o el cine: piensen en cómo Nintendo nos saca los cuartos cada tanto con un nuevo remake de aventuras clásicas de Super Mario, Donkey Kong o Zelda, con la promesa implícita de que volvamos a ser tan felices como lo éramos cuando teníamos la Nintendo 64.

Pero mientras que un ejecutivo de Disney Channel consigue juntar los millones de dólares suficientes para convencer a Miley Cyrus de volver a ponerse la peluca, la industria del entretenimiento está actualmente centrada en extraer petróleo de la década de los 2000. Razones no les faltan: aquella hornada de 2004 (la de Perdidos, House y Mujeres desesperadas, curiosamente tres títulos que aún se resisten al remake) dio pie a una edad de oro de las series de televisión. Lo que se traduce en buenas historias y mucha, mucha nostalgia.

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Buffy, cazavampiros | WB

Antes de esas series llegó Buffy, cazavampiros, título mitiquísimo que hasta hace poco se resistía a ser rebooteado y que ahora tendrá su regreso, incluyendo a su protagonista original, por un motivo bastante curioso. No era solo una cuestión de dinero: Sarah Michelle Gellar no se veía a sí misma con espíritu para hacer piruetas y matar vampiros de nuevo, pero su participación en otro remake, Dexter: Original Sin, le despertó el gusanillo de la nostalgia para volver. Así, la nueva versión de Buffy está en camino y habrá que ver si llega a buen puerto.

Michael C. Hall en Dexter
Michael C. Hall en Dexter | Cordon Press

Precisamente Dexter, cuya primera temporada vio la luz en 2006, es el ejemplo más grueso (por no decir, directamente, el más vergonzoso) de cómo un producto culturalmente relevante del pasado puede intentar reflotarse hasta la saciedad: la serie acabó desgastadísima tras ocho temporadas y un final que no contentó a nadie, pero, a la vez, seguía brillando en el recuerdo. Y por ello tenemos ahora un sinfin de continuaciones: Dexter: New Blood, que continuó la original con lánguido resultado, luego la precuela Dexter: Original Sin y para verano otra secuela más titulada Dexter: Resurrection. A este asesino, desde luego, no hay quien se lo cargue.

Steve Carell y John Krasinski en 'The Office'
Steve Carell y John Krasinski en 'The Office' | NBC

Como esta, muchas otras marcas de la época ya están en el taller para que les aprieten las tuercas y poder volver. Incluso después de que otra serie tan, tan mítica, esta de los noventa, Frasier, volviese sin pena ni gloria y terminase canceladatras dos temporadas. No importa, hay que seguir intentándolo: The Office ha tenido una versión australiana, mientras su creador, Greg Daniels, sigue buscando ideas para reflotar la marca principal (se dice que podría ser otro documental, esta vez sobre un periódico local del Medio Oeste norteamericano).

Wentworth Miller y Dominic Purcell en 'Prison Break'
Wentworth Miller y Dominic Purcell en 'Prison Break' | Fox

Otra que volverá (y que, como Dexter, ya tuvo un insufrible regreso en 2017) es Prison Break. Sin embargo, Michael Scofield y Lincoln Burrows estarán presentes esta vez, o al menos no como protagonistas (¿un cameo? ¡nunca se sabe!). En este caso, será un reinicio ambientado en el mismo universo y contará una nueva historia. Hay pocos detalles: es una producción de Hulu (por lo que seguramente aterrizará aquí en Disney+) y ya se están fichando actores, aunque se desconocen detalles de trama y si el fugado en cuestión llevará los míticos planos de la cárcel tatuados por el cuerpo. ¿Más ejemplos de posibles regresos? True Blood, One Tree Hill...

Esta avalancha de remakes y reboots dosmileros nos deja la inevitable sensación de que detrás de todo este fenómeno de la nostalgia se esconden, además de las ganas de hacer dinero, una evidente falta de ideas en Hollywood y muy poca voluntad de arriesgar por propuestas originales. Pero tampoco nos echemos las manos en la cabeza, porque ni siquiera eso es nuevo: si echamos la vista atrás precisamente a los 2000 nos encontraremos remakes de series de otras décadas, tales como La dimensión desconocida, Doctor Who, Sensación de vivir, Melrose Place o Dallas. La rueda nunca deja de girar.

Así, lo único que podemos pedir es lo siguiente: si van a resucitar nuestras series favoritas del pasado, al menos que el resultado sea tan brillante como el de X-Men 97. Casos como ese cierran la boca a los más protestones y demuestran que la falta de ideas puede convertirse en una nueva oportunidad para hacernos vibrar. ¿Lo conseguirá la nueva Buffy?

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