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La segunda temporada 'Downton Abbey': magnífica en todos los sentidos

Tenía muy difícil superar su  primera y espectacular temporada, pero tener a la I Guerra Mundial como telón de fondo le ha dado el empujón necesario para que 'Downton Abbey' se haya confirmado como una auténtica delicia televisiva. Ha sido una temporada marcada por una multitud de tramas, todas perfectamente estructuradas y mezcladas entre sí. Lo que ya se confirmó el año pasado se hace verdad universal: 'Downton Abbey' es una de las mejores series de televisión del momento. Y muy pronto la podremos ver en abierto en Antena 3.

¡¡¡CUIDADO: SPOILERS!!!

-Downton Abbey

Downton AbbeyITV

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Desde el inicio de temporada quedó claro que 'Downton Abbey' iba a arriesgar y ha utilizado la I Guerra Mundial como una gran subtrama que ha tenido consecuencias dramáticas en todos los personajes de la serie. Convertir a la mansión de los Crawley en un hospital de campaña para los altos mandos del ejército, ha facilitado la unión de todos los personajes principales en un mismo espacio. Criados y señores han visto cómo cambiaba su vida de la noche a la mañana. Y todo de una forma fluida, elegante y espectacular, como sólo 'Downton Abbey' sabe hacer.

Las hijas de los Crawley han dado un paso más en su evolución como personajes. Así, Lady Mary ha intentado en vano alejarse de Matthew, del que sigue enamorada como el primer día. Que los dos hayan estado prometidos con otras personas no ha sido obstáculo para que la gran tensión sexual entre ellos siga latente y, una temporada más, quede sin resolver. Lady Sybil ha reforzado su carácter rebelde, se ha convertido en enfermera profesional y se ha comprometido con el chófer de la mansión, Tom. Todos y todo ha cambiado profundamente a consecuencia de la guerra.

Otra de las tramas más curiosas ha sido el resurgimiento de Patrick Crawley, legítimo heredero del condado de Grantham y al que daban por muerto en el hundimiento del Titanic. Esta irrupción ponía en peligro al propio Matthew, actual heredero, razón por la que toda la familia Crawley, salvo Lady Edith, deciden que se trata de un farsante que se quiere aprovechar de la situación. En 'Downton Abbey' nada aparece por casualidad, así que seguramente será una historia de la que veremos más en la tercera temporada de la serie (que se estrenará en septiembre de 2012).

Para el matrimonio Crawley las cosas no han sido fáciles. El matrimonio, que nunca se ha caracterizado por un gran amor mutuo, se ha visto en serio peligro. El honorable Robert Crawley ha mostrado su debilidad por primera vez y ha besado a una de las nuevas criadas de la casa, que además es viuda de guerra y tiene un hijo. La historia no ha llegado a más, pero en el caso de Robert las intenciones cuentan más que los hechos. Si no fuese porque Cora ha estado a punto de morir a causa de la gripe española, la historia de infidelidad hubiese ido a mayores. Sólo el prudente Carson ha sido testigo del encuentro.

La jugosa planta de abajo
Como siempre, la planta en la que viven los criados en donde se cuecen las mejores historias. La trama de Ana y Bates ha tomado muchísimo protagonismo en la segunda temporada y el triángulo formado con la esposa del noble criado ha dado mucho juego. El final de temporada, con Bates esposado, supone toda una declaración de intenciones para lo que veremos en la próxima tanda de episodios. Los dos personajes funcionan muy bien juntos y nos han brindado momentos excelentes durante la temporada, especialmente su boda secreta.

O'Brien, la mala oficial, ha bajado un poco la guardia, arrepentida tal vez del aborto que provocó a la Condesa. Incluso la hemos visto ligeramente empática con el criado que padecía estrés postraumático a consecuencia de la Guerra. Thomas, el otro malvado de la serie, ha tenido que agachar las orejas cuando su negocio de comida en el mercado negro se viene abajo y vuelve a la casa como lacayo, aunque su intención sea quitarle el puesto al señor Carson. Por su parte la señora Hughes ha demostrado otra vez el inmenso corazón que tiene ayudando de forma incondicional a Edith, una de las nuevas criadas que se queda embarazada de un militar durante su estancia en Downton Abbey. 

Esta temporada hemos tenido que despedir a William, uno de los más nobles de la planta de abajo, y que se casa con Daisy en el lecho de muerte. William pierde su vida intentado salvar a Matthew durante una explosión en el frente y todos deciden que la mejor forma de honrar su heroísmo es pasando sus últimos días en una habitación de la mansión Downton.

Merecen una especial atención los ligeros toques de humor de la mano de Maggie Smith, al más puro estilo inglés clásico, que son una de las señas de identidad más apreciadas por los espectadores. Su personaje de la Condesa viuda es pequeño, pero muy efectista y necesario en 'Downton Abbey'. No es de extrañar que haya voces en la red que reclamen un spin-off para ella. Se merece eso y mucho más. 

Todavía tendremos un último regalo antes de que termine el año, ya que la cadena ITV ha programado un episodio especial para el 25 de diciembre, con un claro matiz navideño. Se cierra así una temporada brillante, con un guión exquisito y una dirección excepcional en televisión. En 'Downton Abbey' funciona todo: cuenta con un casting de actores envidiable, una dirección artística de primer nivel y un cuidado montaje que hacen que todas las piezas giren en la misma dirección. Es un disfrute para cualquiera que le guste la buena televisión o en el caso de 'Downton Abbey', la excelente televisión.

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