NÚMERO DE SERIE
Toledo conquista a los espectadores con un piloto de primer nivel
El comienzo de Toledo no ha podido ser mejor. Más de 3,5 millones de espectadores y casi un 20% de share confirman que las series históricas son un género muy valorado por el público. Con una producción de altura y un reparto bien seleccionado, la nueva serie de Boomerang TV para Antena 3 consigue introducir al espectador de inmediato en un laberinto de intrigas, conspiraciones y batallas de palacio. Y todo sin descuidar la parte sentimental y amorosa de los personajes, el otro atractivo de la serie junto con su imponente ambientación.
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Toledo nos traslada hasta finales del siglo XIII en plena batalla ibérica entre moros, judíos y cristianos. Esta lucha de religión y de poder supone el argumento principal de la serie que da a conocer de este modo a todos los personajes principales de uno u otro bando. El conflicto principal llega de la mano de Rodrigo (Eduard Farelo), el guerrero más conocido del reino y amigo del rey Alfonso X (Juan Diego).
Marcado para siempre desde que vio cómo los moriscos asesinaron cruelmente a su mujer y a su hijo mayor, accede, años después, a ser el magistrado del reino a petición de Alfonso X. Su misión principal será salvaguardar la paz y evitar el enfrentamiento entre moros y cristianos.
Además de Abu Bark, el jefe de los moriscos, hay varios malos oficiales. El arzobispo Oliva (Rubén Ochandiano) y el conde de Miranda (Fernando Cayo) son los conspiradores del reino. Además de estar en contra del nombramiento de Rodrigo como magistrado, odian a la reina Violante (Patricia Vico) y al hijo que tiene en común con el rey, el infante Fernando. Para que no merme su poder, los dos urden un plan para acabar con la vida del infante menor y que sólo tenga opción a reinar el infante Sancho, hijo mayor del Rey con su primera esposa, y que odia a su hermano pequeño.
Al aceptar Rodrigo su puesto como magistrado también obliga a su hijo Martín (Maxi Iglesias) a vivir en palacio y ser el hombre de confianza del irresponsable infante Fernando. Martín vio cómo su madre moría a mano de los musulmanes y desde entonces sólo sueña con ser un gran guerrero. Un sueño que se verá truncado por los planes de su padre. Pero a pesar de la seguridad que da palacio, Martín no está seguro. El arzobispo y el Conde de Miranda ponen sus ojos en él, situándolo en el punto de mira de su ambición y odio hacia el infante Fernando.
A pesar de las complicaciones, moros y cristianos firman la paz en el final del capítulo, pero es obvio que no será muy duradera. El coste personal para Rodrigo es muy alto, ya que tiene que matar a un amigo suyo para conseguir la firma, pero después le promete a Abu Barak, que no olvidará jamás que fue él quién mató a su mujer y su hijo.
El conflicto amoroso, conflicto religioso
El joven Martín conoce a Fátima, hija de un acaudalado morisco. La atractiva Fátima es todo menos conformista y modosa y no tiene reparos a la hora de decirle a Martín lo que piensa. Entre ellos hay tanta atracción como repulsa por sus respectivas religiones. Su relación es uno de los principales ganchos narrativos de la serie y uno de los conflictos más interesantes. No pueden estar juntos y apenas se soportan, pero eso no impide que se deseen mutuamente.
También Rodrigo pasa por un fuerte conflicto emocional. La reina Violante le pide por el tiempo que pasaron juntos en el pasado que le sea leal al rey y se dedique por completo a conseguir la paz en el reino. ¿Pasará algo más entre ellos? ¿Vivirán de nuevo la pasión que les unió en el pasado?
Toledo tiene todos los ingredientes de las series históricas y de época: intrigas, ambición en la corte, erotismo, secretos de palacio, lucha entre el bien y el mal... El piloto no ha podido ser más completo y ofrece al espectador muchas tramas, tanto principales como secundarias, para que no se aburra ni un segundo. Si han ocurrido tantas cosas en el primer capítulo, habrá muchas más reservadas para los siguientes episodios. Siempre es una apuesta segura en las series llenar a los personajes de conflictos y relaciones enfrentadas, y en Toledo se supera esta prueba con nota.
El reparto merece una mención especial. Además de Juan Diego, que aporta el prestigio de ser uno de los mejores actores del cine español, tenemos a Maxi Iglesias, que ha madurado muchísimo como actor y ofrece una notable interpretación. Por su parte Eduard Farelo, desconocido para muchos, da la sorpresa y sale victorioso en su papel protagonista como Rodrigo.
La ambientación de la serie es uno de sus mayores atractivos y la ciudad de Toledo es un personaje más que brinda excelentes planos en exteriores. La serie hace una gran apuesta y los que ganan son los espectadores, que disfrutan de una serie histórica de primer nivel. Y esto es sólo el principio.
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