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Zachary Quinto, sobre 'NOS4A2 (Nosferatu)': "No es una historia tradicional de vampiros. En la serie hay sexo, pero no conmigo"
Entrevistamos a Zachary Quinto, actor de 'Star Trek', que nos habla de la oscura adaptación del libro del hijo de Stephen King, de su asombrosa transformación en 'NOS4A2 (Nosferatu)' y de, cómo no, la serie que le dio a conocer: 'Héroes'.
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Es difícil reconocer a Zachary Quinto tras el elaborado maquillaje que luce en la serie. Su siniestra caracterización es una de las bazas de 'NOS4A2 (Nosferatu)', revisión del mito vampírico, que huye de las claves del género. El vampiro Charlie Manx no hinca el colmillo, ni disfruta con la sangre, ni ataca a mujeres embelesadas por una belleza hipnótica. ¿No hay sexo, entonces, en esta 'Nosferatu'? Esta es una de las preguntas que le hacemos a Zachary Quinto en su visita a Madrid.
La serie de AMC está basada en la novela de 2013 deJoe King. El hijo de Stephen King ha logrado encontrar su propio hueco e ir alejándose de la alargada sombra de su padre, con varias adaptaciones antes de llegar aquí, como las películas 'In The Tall Grass' (en colaboración con el rey del terror) y 'Horns', con Daniel Radcliffe, y la serie 'Locke & Key', que se verá en Netflix. Con ciertas reminiscencias a 'Salem's Lot', la novela de vampiros de Stephen King que adaptó Tobe Hooper a la gran pantalla, la serie 'NOS4A2 (Nosferatu)', reinventa al vampiro interpretado por Zachary Quinto. Charlie Manx es un tipo siniestro, al que conocemos de anciano, que rejuvenece alimentándose de la vitalidad y juventud de los niños, a los que secuestra en su Rolls-Royce de los años 30 (más allá del guiño a la película clásica de Murnau, NOS4A2 es la matrícula del vehículo). Como un cruel Santa Claus, engaña a los pequeños prometiéndoles un mundo de fantasía al que llama Christmasland. Es un horror de lo más cruel porque no hay violencia física, ni sangre, aunque los mate. Las situaciones son inquietantes, pues usa el terror de una forma implícita.
A diferencia de otros chupasangres icónicos –desde 'Entrevista con el vampiro', de Neil Jordan o 'Drácula' de Coppola, a los seres bebedores de sangre sintética de 'True Blood'–, Charlie Manx no muerde la yugular ni chupa la sangre. Es una criatura de 135 años que roba niños para hacerse un Benjamin Button y parecer más joven. Para combatir su maldad aparece Vic McQueen, interpretada por la actriz australiana Ashleigh Cummings. En el libro tiene ocho años, pero en la serie es una estudiante muy creativa de 18. La chavala descubre que puede transportarse a diferentes lugares montada en su moto, algo que detectará el vampiro, que verá en ella una amenaza.
Dos cosas de la serie llamaron la atención a Zachary Quinto, que ya conoció el horror más retorcido en 'American Horror Story'. Primero, el proceso de caracterización, acostumbrado a calzarse las orejas de Spock en 'Star Trek', esto era un paso más allá. "Me parecía atractivo poder cambiar de aspecto. Pero le pedí a Jami O'Brien [la showrunner] que contásemos con Joel Harlow, el mejor maquillador posible, con el que había trabajado en 'Star Trek'. Sabía que un desafío como éste sólo podía hacerlo alguien como él".
En segundo lugar, lo siniestro del asunto, él que ya tenía también su bagaje al interpretar al malvado Sylar de la serie 'Héroes'. "El mundo de Christmasland es un lugar que habla del entusiasmo infantil, una festividad con regalos y más regalos. La forma en que él los atrae es espeluznante, apela a la sensibilidad y vulnerabilidad de los chavales".
Volviendo a la pregunta del inicio, ¿no hay sexo, entonces, en esta Nosferatu? Zachary Quinto sonríe, con picardía antes de contestar. "No es una historia tradicional de vampiros. En la serie hay sexo, pero no conmigo. Son dos historias paralelas, la vida real de Vic, en la que sí podemos ver relaciones, y lo que sucede en el mundo de la imaginación donde habita mi personaje, Charlie". La película que le dio pesadillas de pequeño, confiesa, no fue una de vampiros si no la secuela de 'Poltergeist', y, antes de despedirse, recuerda lo que significó su personaje de Sylar en 'Héroes'.
"La disfruté mucho, especialmente la primera temporada. A la hora de contar historias fue lo mejor. Pero hay que tener en cuenta que entre la primera y la segunda entrega se produjo la huelga de guionistas en Hollyood y afectó enormemente al desarrollo de la serie. Creo que la serie no levantó cabeza tras la huelga porque el nivel de la primera temporada no se llegó nunca a alcanzar posteriormente. Pero no me quejo, me lo pasé muy bien rodando 'Héroes', me dio a conocer en todo el mundo. Es una serie que, a medida que avanzaba, comenzó a romper sus propias reglas, y una vez que lo haces ya no hay vuelta atrás. Lo vimos en la tercera temporada, por no hablar de la cuarta, que incluso resultó difícil para nosotros. 'Héroes' fue creada por gente muy especial, fue una serie con 22 episodios por cada temporada, consiguiendo un interés en el público que hoy, por ejemplo, sería impensable conseguir a ese nivel".
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