LA MUJER DEL PROGRAMADOR
El día que Jordi Sánchez dejó atrás la infelicidad para siempre
El actor Jordi Sánchez está en boca de todos. Cierto es que está más que acostumbrado a la fama tras acumular más de dos décadas de una exitosa trayectoria artística que algunos comenzaron a descubrir en Cataluña.
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Y es que en 2002 su papel en la popular telecomedia 'Plats bruts' de TV3 le granjeó un Premio Ondas y al año siguiente se hizo con el Premio Max de las Artes Escénicas como mejor autor por la obra Kràmpack, tragicomedia sobre el descubrimiento de la sexualidad en plena adolescencia que adaptó al cine con acierto Cesc Gay.
Una buena trayectoria en Atresmedia Cine
Sánchez reconoce que hace cinco años temía encasillarse por su papel en televisión y en declaraciones a Bluper aseguró que cuando tuvo "miedo le dije a mi representante 'Oye, búscame películas'. De eso hace cinco años y ya he hecho bastantes".
Casi todas con la productora Atresmedia Cine: 'Cuerpo de élite', 'Señor, dame paciencia', 'El mejor verano de mi vida', 'Bajo el mismo techo', 'Hasta que la boda nos separe' y 'Superagente Makey', que llega el 17 de julio con un reparto que encabeza Leo Harlem.
Un banquero conservador con varios hijos que le hacen sufrir
Jordi Sánchez, que en los últimos años no ha dejado de escribir teatro y ha participado en el doblaje de algunos films de animación, será el gran protagonista de la adaptación televisiva del éxito cinematográfico 'Señor, dame paciencia', que previsiblemente se rodará en otoño.
En esta serie volverá a interpretar al banquero conservador, gruñón, madridista y prejuicioso al que la vida le da un vuelco por la muerte de la esposa y por las sorpresas que le dispensan sus descendientes: una hija está liada con un 'indepe', la otra con un 'hippy' y el otro tiene un novio vasco y negro. En definitiva, lo que menos espera cualquier mente cerrada...
La felicidad era esto
Antes de dedicarse al mundo de la interpretación, Sánchez fue enfermero. En declaraciones a El Periódico recordaba que trabajó "en el hospital del Vall d’Hebron unos tres o cuatro años, en traumatología. Lo que pasa es que siempre había querido ser actor y aprovechaba las noches de trabajo para prepararme el monólogo de acceso al Institut del Teatre".
"Cuando tenía como un millón de pesetas ahorrado dejé el trabajo y, cuando se me estaba acabando el dinero, me llamó Sergi Belbel para hacer 'El mercader de Venecia'. Luego arrancamos 'Kràmpack', la primera función de la compañía teatral", explica.
En La Vanguardia reconoció que se convirtió en actor "para salir de la infelicidad en la que vivía". Y es que pasó algunos años grises que se vislumbran en 'Humanos que me encontré', que es una especie de autobiografía novelada sobre su barrio barcelonés de Montbau en los años setenta.
Atrás quedaron los años menos placenteros desde que se dedica a su pasión: la actuación que tan feliz le hace. Dentro de unos meses hará felices a muchos espectadores gracias a 'Señor, dame paciencia', que salta a la tele como serie tras su taquillazo en el cine.
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