Los mejores papeles de Concha Velasco, la eterna chica yeyé que conquistó el cine y la televisión

Concha Velasco nació en Valladolid en 1939 y con apenas 15 años hizo su debut en el cine en La reina mora, de 1954. No fue sino el inicio de una carrera que se prolongó hasta 2021, cuando con 81 años se retiró definitivamente de los escenarios con una última representación en el Teatro Bretón de los Herreros de La Rioja.

Antes de ello, un linfoma en 2014 la mantuvo apartada de los escenarios durante meses y su vuelta fue condicionada a una vigilancia médica y un reposo que ella misma reconoció que era incapaz de seguir.

Porque la eterna chica Yeyé fue durante toda su vida una actriz incansable que y multidisciplinar, lo que le llevó a ser una de las artistas más populares y queridas de España, dominando desde las tablas hasta el televisor en la última década con series de Antena 3 como Velvet o Gran Hotel. Se convirtió en un icono de la comedia, -y del drama-, cantante de temas pegadizos como el que hace honor a su sobrenombre y, por encima de todo, una mujer con un carisma derrochador.

El día de los enamorados (1959)

Un clásico del cine romántico español, en el que Velasco interpretó a una joven enamorada con problemas en su relación y que, junto a otras parejas, recibe la ayuda del mismísimo San Valentín.

Historias de la televisión (1965)

Aquí, la actriz interpretó por primera vez su gran tema, La chica Yeyé, por la que fue reconocida durante toda su carrera. De nuevo, junto a Tony Leblanc forman una de las parejas con más químicas del cine español.

Tormento (1974)

Junto a Ana Belén o Francisco Rabal, la intérprete se luce en este drama de época de finales del siglo XIX ambientado en Madrid.

Pim, pam, pum... ¡Fuego! (1975)

Un drama de la posguerra española en la que da vida a una corista que ayuda a un maquis del que se ha enamorado, de nuevo dirigida por Pedro Olea, uno de los directores con el que más películas haría.

Las largas vacaciones del 36 (1976)

De nuevo, otro drama bajo el contexto de la Guerra Civil española junto a José Sacristán o Ángela Molina en la que narran el día a día de este conflicto en un pueblo de Barcelona.

La colmena (1982)

Adaptación de la novela de Camilo José Cela con un reparto de lujo entre el que destaca en un papel secundario una ya madura Concha Velasco frente a nuevas generaciones del cine español, y en la que es una de las películas mejor valoradas de su filmografía.

La hora bruja (1985)

Cinta ambientada en la Galicia rural, en la que la actriz y Paco Rabal vuelven a ser amantes rodeados de un componente fantástico.

Esquilache (1989)

De nuevo un papel de reparto para Concha Velasco, pero uno de los más significativos pues le supuso su primera nominación a los recién estrenados Goya en este drama histórico.

Los pasos perdidos (2001)

Incursión en el cine argentino por parte de Concha Velasco a comienzos del nuevo siglo y con el que demostró desenvolverse en producciones alejada de su país.

Rabia (2009)

Producción de Guillermo del Toro en otro drama sobre inmigración con un joven Yon González con el que luego repetiría en la serie Bajo sospecha o Gran Hotel.

Gran Hotel (2011)

Precisamente, una de sus últimas y más recordadas series en la que, durante 3 temporadas atrapó a los espectadores que seguían la misteriosa desaparición de la hermana de un joven llega a este hotel de la campiña para investigarlo, pero que se enamora de la hija de la propietaria.

Su último compromiso fue la obra La habitación de María, creada por su hijo Manuel, donde interpretaba a una célebre escritora, Isabel Chacón, que toma el nombre de su tía y el apellido de su madre, que padece agorafobia y vive recluida en un ático del que no se mueve hasta que un incendio obliga a evacuar el edificio.

Fue galardonada con el Premio Goya de Honor en 2012, el Max de Honor en 2019, el Valle Inclán a mejor actriz por Hécuba en 2015, el Ondas a mejor actriz por Gran Hotel en 2012 o la Espiga de Oro de la Seminci por La hora bruja en 1985.

James Van Der Beek recuerda el momento en el que le diagnosticaron cáncer en estadio 3: "Entré en shock"