LA MUJER DEL PROGRAMADOR
El triunfo de Blanca Suárez, la chica normal que se negó a aceptar la dictadura de las tallas
Blanca Suárez protagonizará dos de los estrenos más ambiciosos de Atresmedia Cine: 'Tiempo después' de José Luis Cuerda, que se reencuentra con el espíritu del humor absurdo que le hizo eterno en 'Amanece que no es poco', y 'Perdiendo el este', "spin-off" de 'Perdiendo el norte' que recreará en febrero los Sanfermines en Pamplona y visitará Hong Kong. A sus 29 años la actriz se ha hecho un hueco en nuestro cine trabajando a las órdenes de Pedro Almodovar, Fernando González Molina, Eduard Cortés, Imanol Uribe, Paco Cabeza o Álex de la Iglesia, con el que triunfó en el año que acabamos de dejar atrás con uno de los taquillazos de 2017: 'El Bar'.
Publicidad
La fama la alcanzó interpretando a Julia Medina durante 65 episodios en 'El Internado' y a Ainhoa Montero en 45 capítulos de 'El Barco'. Desde entonces se ha convertido en una de las actrices más demandas del panorama artístico español y guarda bajo siete llaves un secreto para los prolongados rodajes, tal y como desveló en una entrevista para La Otra Crónica de El Mundo: "Un plato de pasta es mil veces mejor que un orgasmo", por lo cual no se abstendrá de macarrones o espaguetis en las maratonianas jornadas de grabación.
Pero ya saben de los actores y actrices: viven trabajando cara al público pero muchos no son capaces de perder el pudor, tal y como le confesaba Blanca a La Vanguardia en plena sesión fotográfica para una marca comercial: "Posar o intentar salir guapa a mí me cuesta... Es como ponerse a andar pero haciéndolo bien. Claro, yo no suelo andar así, ni en un barco ni en mi vida. Hay una cosa de lucirte que me da mucho pudor. Aunque esto es una película cortita y en mi profesión las hago más largas, en realidad es lo mismo: eres actriz y tienes que hacer lo que te piden y olvidarte de lo que a ti como Blanca te cuesta más. Aunque celebro que con esta campaña Women’secret haya querido huir de la obviedad de usar una playa como escenario y haya ido más allá al rodar en un barco".
No se acaba de ver como una modelo la protagonista de 'El Internado', tal y como señaló en su blog: "Y yo puedo decir que no tengo cuerpo de modelo ni pretendo serlo. Tengo una 36 justita y sí, hay momentos del año en que cojo más kilos, igual que hay otros momentos en que pierdo otros. Soy una persona normal con pecho y culo, con curvas. Y me gusta ser así. Soy actriz, no modelo de Victoria's Secret, ¡por Dios! Pero, por encima de eso soy una persona normal y quiero seguir siéndolo siempre. En estas semanas han ocurrido varias cosas respecto a este tema. Una de ellas fueron las críticas (numerosas) al "peso" de Gigi Hadid, una modelo guapérrima que ha sido una de las caras más visibles desfilando en la Semana de la Moda de París. El caso es que se criticaba que su peso o anchura no eran los adecuados, sino que sobrepasaba los "límites". ¿En serio?".
Su alegato en defensa de las mujeres naturales causó furor: "Mira que he visto fotos de ella por delante, por detrás, por arriba, por abajo, de perfil... Si ella sobrepasa los límites, una chica normal como yo o como cualquier otra, ¿qué somos? Pero lo que me pareció maravilloso fue su respuesta a todas estas críticas. Una carta que hizo pública expresando algo que creo que es muy necesario decir en voz alta: "Sí, soy una mujer con curvas. Y estoy muy orgullosa de ello". Y es que aún hoy me sigue llamando mucho la atención que cuando estás muy delgada malo, y cuando tienes algún kilitos de más o, simplemente, bastantes curvas, malo también. ¿En qué quedamos? ¿En que nos gusta la belleza natural o en que hay que mirar con lupa lo que comemos o dejamos de comer? Una dualidad que a día de hoy me sigue llamando la atención y que por mucho que se niegue, existe". Tal cual...
Publicidad