Crónica | El capitán en América
Joaquín Sánchez y su familia desafían sus miedos en un viaje inolvidable por Estados Unidos
Los Sánchez Saborido han vivido uno de los días más intensos en lo que llevan de aventura.
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El viaje de los Sánchez Saborido por Estados Unidos sigue regalando momentos inolvidables y, en esta ocasión, ha estado marcado por un desafío muy especial: superar los miedos de cada miembro de la familia. Joaquín, que nunca ha sido una persona temerosa, ha decidido ayudar a los suyos a enfrentarse a aquello que les inquieta, convirtiendo cada etapa de su travesía en una lección de valentía y superación.
La primera en someterse a la 'terapia de choque' de Joaquín ha sido Daniela. Está a punto de sacarse el carnet pero, a pesar de no haber conducido nunca, su padre consideró que un pueblo perdido de Arizona era el lugar perfecto para empezar. Con una ranchera alquilada especialmente para la ocasión, y ante la incredulidad de Susana y Salma, padre e hija dieron sus primeros pasos en la carretera. "Fue un momento único", confesó Joaquín, orgulloso de su hija y su valentía al ponerse al volante en territorio desconocido.
En su ruta, la familia hizo una parada en una peculiar tienda de carretera, donde los visitantes dejaban billetes firmados en las paredes como recuerdo de su paso. Pero Joaquín quiso ir un paso más allá y, tras bromear con la dependienta cantando "Eva María", decidió dejar su huella de una forma más especial: colgando una camiseta del Betis firmada. Un gesto que sin duda hará las delicias de cualquier aficionado que se la encuentre.
Si el día había estado lleno de emociones, la noche no iba a ser menos. Para seguir con su plan de vencer los miedos familiares, Joaquín llevó a su mujer e hijas a un cementerio en medio del bosque. Rodeados de tumbas decoradas, luces tenues y dedicatorias inquietantes, la tensión era palpable. Y cuando un grito resonó en la oscuridad, la familia no lo dudó ni un segundo: salieron corriendo despavoridos. Un episodio que, lejos de ayudarlos a superar el miedo, probablemente lo aumentó.
Siguiendo con la temática de los miedos, Joaquín decidió enfrentarse al pánico de su hija Salma a los payasos... de la manera menos ortodoxa posible. Sin previo aviso se disfrazó de payaso y le sorprendió al salir de su habitación. El susto fue tan grande que Salma salió corriendo, sin percatarse de que era su propio padre. No fue hasta que Joaquín se quitó la máscara cuando la joven pudo tranquilizarse. ¿Habrá conseguido vencer su miedo o solo lo habrá agravado?
La última en afrontar su fobia fue Susana, quien siente un terror absoluto a las alturas y a volar. Para desafiarla, Joaquín organizó un sobrevuelo en helicóptero sobre el Gran Cañón del Colorado. Aunque al principio se negó, el piloto logró convencerla asegurándole que podrían regresar si no se sentía cómoda. Finalmente, Susana reunió el valor necesario y subió a bordo. Aunque la experiencia fue aterradora para ella, ahora puede presumir de haber dado un gran paso para superar su miedo.
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Entre desafíos, risas y algún que otro susto, el viaje por Estados Unidos está resultando ser mucho más que una simple travesía por la Ruta 66. Para Joaquín y su familia, cada día es una oportunidad para conocerse mejor, fortalecer sus lazos y demostrar que juntos pueden superar cualquier obstáculo. Y aún quedan muchas aventuras por vivir... ¡No te pierdas los próximos capítulos de El Capitán en América!
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