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Antena 3 emite este lunes la última entrega de ‘El Contenedor’, el espacio que se ha convertido en el mejor estreno del verano con 1.685.000 y el 13,9% espectadores. En este programa, los habitantes de las cuatro casas pasan el ecuador de la experiencia. ¿Quién será el primero en rescatar su teléfono móvil? ¿Seguirán priorizando el bien común o se preocuparán más por satisfacer sus necesidades?

Juanjo, Raquel y Sergiohan conocido el rechazo en primera persona. Los obstáculos a los que se están enfrentando consiguen que estén cada vez más unidos. Tienen colchón, edredón y alguna prenda de ropa. Mientras Juanjo y Raquel están en la escuela de baile, Sergio afrontará su primer día de prácticas en un centro de estética en unas condiciones poco adecuadas.

Sergio intentará sorprender a sus amigos preparando la comida con la ayuda de la vecina. Al verse solo en casa, Juanjo se vendrá abajo al sentir la falta de su familia. Saldrá a la calle en busca de una persona solidaria que le deje llamar a su madre. ¿Lo conseguirá?

Lidia y Danivan padeciendo los efectos de no tener todas sus pertenencias a mano, afectando profundamente a su relación. Aun así, ya disponen de un lugar cómodo donde dormir y taparse, la máquina de afeitar, algo de ropa y el móvil de Dani, que tanto rechazo provoca en Lidia. Por fin ha llegado el día del evento de Dani y ultimará los preparativos. Lidia, que en ningún momento le ha echado una mano con la organización, tendrá que actuar y no ha escogido la canción. ¿Saldrá todo a la perfección? Tras 10 días de altibajos, ¿su relación podrá superarlo todo?

Esta experiencia está haciendo que la familia Izquierdomuestre su lado más sensible. A pesar de las dificultades, siguen con sus rutinas y sus actividades favoritas. Tras cuatro visitas al contenedor, disponen de un coche, un sofá, un costurero, un set de afeitado, algunas prendas de ropa y de calzado, lo que les permite seguir con su día a día. La experiencia está sirviendo a la familia no solo como una “anécdota”, también para conocerse mejor los unos a los otros y vivir momentos para el recuerdo. Con el ordenador y los móviles en casa, la comunicación familiar está en peligro.

Mientras que Julián y Javier tienen todo lo que necesitan, Maribel y su hijo Alejandro mostrarán su cara más egoísta a la hora de convencer al resto de la familia para obtener más artículos del contenedor, sin pensar en el bien común.

Marina y Desi no han dejado de ser un equipo y trabajan para cuidarse mutuamente. Además, cada día les sorprende la bondad de la gente a la hora de pedir su ayuda. Ya duermen sobre el colchón y el edredón, Marina dispone de coche y ambas tienen prendas básicas de ropa y calzado. El cansancio físico acusa a las chicas y tendrán que mantenerse unidas para superar los últimos días. Las chicas saldrán a la calle para demostrar su arte y conseguir dinero para cenar gracias a la generosidad de la gente. Desi aprenderá una de las lecciones más importantes de su vida. Marina, sensibilizada por la experiencia vivida, visitará una asociación que ayuda a personas en riesgo de exclusión social para aportar su granito de arena.

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