Escuelas alternativas

Aumenta la demanda de escuelas alternativas, sin pantallas ni libros de texto: "Tenemos aquí árboles, no tienen que verlos en un libro"

Son escuelas donde el juego es la principal vía de enseñanza. La memorización pasa a un segundo plano. Se les llama escuelas alternativas o libres, aunque están homologadas por las consejerías de educación. En ellas confluyen corrientes como Waldorf, Montessori o Pikler.

Escuela alternativa

Publicidad

El objetivo de las escuelas alternativas es que el alumno desee ir al colegio a diario y que aprender sea un juego más. Entramos en la Escuela Waldorf-Aravaca, en Madrid. Su directora, Marta Sierra, se siente incómoda con el calificativo de "escuelas hippies" que algunos cuelgan a estos centros. "Somos mucho más antiguos que el movimiento hippie. Tenemos cien años de historia que nos avalan", afirma.

Insiste en que, en este centro, los alumnos practican el cálculo mental como antiguamente, tejen para potenciar la psicomotricidad fina y realizan sus propios libros. "Aquí, dejamos total libertad a la creatividad del profesor. El docente imparte el contenido y son los alumnos los que lo reflejan en sus cuadernos con ilustraciones. Ellos hacen sus propios libros, y cuando más hagan ellos mucho mejor", sentencia Sierra.

También nos abre sus puertas la Escuela El Ardal, en Fuente del Fresno, Madrid. Se presenta como "escuela activa, de aprendizaje creativo". Su directora, la pedagoga Paloma de Haro, recuerda que fundó este centro porque llegó a la conclusión de que el sistema educativo público no alcanzaba los objetivos que ella consideraba necesarios. "Tenemos que alimentar las ganas de aprender de los niños. Eso es lo más importante", nos dice. Aquí no existen las pantallas ni van a existir. "Si tú le das a un niño una tablet con tres años, él va a dejar de descubrir muchas cosas por sí mismo. Es una gran pérdida, pero además existe el problema de la gran adicción que provocan las pantallas", asevera.

Fuera, en los jardines de El Aldar, un grupo de niños de infantil juegan con el barro, hacen un gran agujero en la tierra y descubren la raíz de un árbol. Andrea Pardo, maestra de Infantil y especialista en pedagogías activas, les indica que deben cuidar de los árboles, que no deben dañar sus raíces. "Los niños pasan casi dos tercios del horario lectivo al aire libre. Es muy importante que ellos descubran el mundo con sus ojos. Tenemos aquí los árboles, no tienen que verlos en un libro", nos dice.

Dentro de la misma escuela, nos adentramos en una clase de cuarto de Primaria. Hoy están aprendiendo los tiempos verbales. El maestro Marco Gutiérrez y la psicóloga Isabel Ballesteros hacen pareja didáctica. Hoy el juego, una especie de competición por equipos, sirve para que los alumnos conozcan y asimilen los tiempos verbales. "Cuando me enfrento al contenido de las asignaturas, siempre pienso cómo puedo adaptarlo al juego", afirma Marco. Una actividad que además fomenta la socialización en los niños, según Ballesteros.

La pedagoga Elena Matín lleva más de treinta años vinculada a la enseñanza Waldorf. Hoy da clase de matemáticas a alumnos de primero de Primaria en la Escuela Waldorf-Aravaca. "Podemos enseñar a leer a los niños antes de los seis años, también les podemos introducir en las matemáticas, seguro que podrán hacerlo, pero creo que esto no es enseñanza, sino adoctrinamiento", asegura. Martín insiste en que su objetivo es ofrecer los contenidos a los niños respetando su etapa evolutiva. "Así conseguiremos que amen la lectura, las matemáticas... Pero, desgraciadamente, esto no suele ocurrir en los otros colegios", asegura.

La opinión de los estudiantes y padres de la escuela

Marco Sastre está de acuerdo con este planteamiento. Tiene quince años y estudia en esta escuela Waldorf. "Aquí he conseguido ser amigo de mis profesores, algo muy importante. En otros centros, te cuentan el temario para que lo memorices, aquí intentan que lo comprendamos, que se nos meta en la cabeza", afirma. Marco se ve preparado para cambiar de colegio en Bachillerato. "No va a ser fácil porque creo que voy a tener menos confianza con los profesores, habrá más contenido y competitividad, pero me siento con herramientas de sobra para afrontarlo", nos dice.

Cincy Picard, es madre de Tristán Herrero Picard, un ex alumno de esta escuela. Su hijo llegó a este centro con 13 años, venía de un centro público en el que sacaba sobresalientes. "Sus notas eran muy buenas, pero estaba decepcionado porque decía que no estaba aprendiendo nada", asevera. Según ella, al mes de cambiar del centro, Tristán dijo a sus padres que, por fin, sentía que estaba aprendiendo.

Él mismo nos comenta su experiencia en esta escuela Waldorf. Tristán está estudiando ahora bachillerato internacional en Vancouver, Canadá. Desde allí, afirma que se ha enfrentado a estos estudios sin problema. "Quizás nos llevamos menos contenido curricular que los chicos de otros centros, pero estamos preparados muy bien para el aprendizaje en cualquier ámbito", afirma. Esta enseñanza alternativa le cambió la vida, nos dice. Lamenta que solo exista a nivel privado, por eso confiesa que su mayor deseo es que se invierta más en la enseñanza pública española, que se mime. "Que otros niños puedan tener esta experiencia enriquecedora que he vivido yo y vayan felices al colegio", apostilla.

Puedes ver 'Espejo Público' completo en AtresPlayer.

Antena 3» Programas» Espejo Público

Publicidad