Nos subimos a una patrullera de Vigilancia Aduanera en El Estrecho: Así luchan contra los narcos

Chaleco de seguridad y el equipo de Espejo Público con nuestra compañera Leire Pérez se embarcan en el Águila 4, la más potente que tiene la agencia tributaria en el puerto de Algeciras para acompañar en una patrulla a aduanas.

Uno de lo agentes cuenta en exclusiva cuáles son los pasos que siguen cada noche: "Salimos con dos embarcaciones y un equipo por tierra que nos apoya en toda la intervención que hagamos". El canal tiene 58 km de longitud y 13 km de ancho entre la punta de Tarifa y la punta Cires (Marruecos), el agente sobre el terreno asegura: "Es una zona geográfica muy compleja"

El equipo de Espejo Público es testigo de todos los pasos que siguen, de las comunicaciones y los protocolos. Una vez detectan una narco lancha explican: "Nos vamos a ver si inician su actividad y una vez que la inicien saldremos a intentar atraparlos".

Testigos de una persecución a una narcolancha en directo

"¡La veo, la veo, la veo! Gritan y comienza la persecución con nuestro equipo en la lancha. Se ponen en la piel de la patrulla y viven de primera mano la tensión y el peligro que sufren cada noche. ¡Cógele, cógele! se comunican entre ellos.

"No les intimados nada, no nos hacen caso y nos tiran piedras"

Como se observa en el reportaje las dos embarcaciones de Vigilancia Aduanera tratan de intimidarles. ¡Para, para! les vuelves a gritar a los narcos que navegan en las sigue la persecución: ¡Le cierro, le cierro!: Pero nuestra compañera Leire es testigo de que no se intimidan fácilmente. Mucha tensión y mucho peligro en las aguas del Estrecho.

Si no los cogen ¿Dónde terminan las persecuciones?

Los agentes detallan que se refugian de bajo del muelle de la refinería y que ahí es muy difícil poder detenerles: "Nos es imposible hacerles nada porque se meten ahí y nuestro barco no puede entrar por debajo de refinería".

Capturado con las cámaras del equipo de Espejo Público observa como hacen caso omiso de los agentes se incluso les "hacen luces" y les tiran piedras, asegura uno de los patrulleros. . Las narcolanchas no paran, se esconden, son más rápidas, más grandes y más seguras. No les toman enserio.

Sus quejas son las falta de medios, la superioridad de los narcos y aseguran que cada vez son más agresivos.

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