Okupación masiva

El 35% de las viviendas de este pueblo están okupadas, los problemas aumentan: "Peleas, mucha droga, de todo"

Chozas de Canales, un pequeño municipio situado en la provincia de Toledo y a escasos 50 minutos de Madrid, se encuentra en una situación crítica debido a la okupación ilegal de viviendas.

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Con un 35% de los inmuebles en manos de okupas y sin una comisaría en el pueblo, los vecinos de Chozas de Canales denuncian una creciente sensación de inseguridad. La ausencia de presencia policial, el miedo a represalias y la proliferación de actividades delictivas han convertido esta localidad en un foco de conflicto y tensión.

El municipio, que cuenta con 5.000 habitantes y situado a solo 50 minutos de Madrid, se enfrenta a una grave crisis de okupaciones. Nuestro compañero Javier Fuente ha acudido a la localidad para ver con sus propios ojos cómo viven los vecinos de este pueblo de Toledo.

"Fuera okupas"

Fuera okupas. Estas son las dos palabras que reflejan la lucha de un pueblo que se siente abandonado por las leyes. Inmersos en suciedad, un olor fuerte a marihuana y decadencia, los habitantes de este municipio denuncian la grave situación a la que se enfrentan diariamente: "Basta ya. Viven a costa de los vecinos".

Barrotes, ladrillos, candados y cámaras de seguridad son las únicas medidas a las que estos vecinos recurren contra la okupación, aunque sin resultado alguno. Y es que una de cada tres viviendas en la localidad está okupada ilegalmente. La falta de presencia policial agrava la situación, ya que no hay comisaría en el pueblo y el cuartel de la Guardia Civil más cercano se encuentra a 14 kilómetros.

"No me grabes"

Los vecinos viven con miedo. Algunos temen represalias solo por aparecer en la televisión denunciando la situación. La inseguridad es evidente: peleas, tráfico de drogas y una sensación general de abandono. En la zona conflictiva, los edificios muestran signos de deterioro, con ventanas y garajes tapiados, puertas con rejas y candados. En algunas paredes, los grafitis expresan el hartazgo de los vecinos.

El problema es tal que algunas viviendas se venden con okupas dentro, incluso anunciándose en portales inmobiliarios. Mientras tanto, los okupas se jactan de vivir sin pagar luz ni agua, instalando sus propias cámaras de seguridad. La frustración también inunda el Ayuntamiento: "intentamos hacer movimientos, pero la ley los ampara".