Trasplante de órganos

Alonso Caparrós presencia el trasplante de un bebé de año y medio: "En lo que supone un trasplante se junta lo mejor del ser humano"

El colaborador de Espejo Público charla con cirujanos, enfermeras y trasplantados que cuentan cómo funciona el delicado engranaje de la donación de órganos.

Alonso Caparrós.

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Todo empieza con la muerte de una persona y una pregunta muy complicada a sus familiares. Elena Correa es enfermera de trasplantes y hace que su empatía haga ver a los familiares de alguien que está a punto de morir que aún hay otra oportunidad. Parte del trabajo de Elena está en hacer entender a la familia de esa persona que pueden convertir esa pérdida y que la pueden transformar en algo positivo, otra forma de seguir viviendo con ese hecho. Asegura que el trabajo que lleva a cabo le aporta mucho más de lo que ella da. "Me aporta muchísimo a nivel humano", señala.

Alonso Caparrós, colaborador de Espejo Público, se ha adentrado en el mundo de las donaciones de órganos. Charla con Paco Hernández, jefe de cirugía pediátrica del hospital La Paz. Le define como un hombre humilde, apasionado de su trabajo y dispuesto a despertase a la hora que haga falta para intervenir en un trasplante. "Nosotros no hacemos ningún sacrificio. Si recibes la llamada y no te alegras, mejor no te dediques al trasplante", señala.

"Después del trasplante soy más feliz que antes"

Kiko Jiménez padece el síndrome de Alpor, una enfermedad genética que le llevó a perder su riñón. No duda en asegurar que desde que le trasplantaron es más feliz. Su forma física le permite pertenecer a un equipo de ciclismo formado por médicos, personas trasplantadas y personal sanitario.

Lo primero que hizo Kiko cuando le dicen que para seguir viviendo necesita un trasplante fue llamar a su jefe y decirle que ese día no iba a trabajar. "Me puse a llorar en el hospital, no le dije nada a mi chica, me fui a casa y estuve toda la tarde llorando porque mi mundo se venía abajo", recuerda. A partir de ahí vivía obsesionado con el teléfono. Con frecuencia preguntaba en la sala de diálisis si sabían algo de su trasplante. Cuando iban trasplantando a otras personas pensaba que él podría ser el siguiente. "A mí la vida me la ha simplificado, después del trasplante soy más feliz que antes", señala. Su mujer le dice que no se enfada nunca y reconoce que tiene que ser algo grave para que él se lo tome más en serio.

El 17 de agosto de 2016 suena el teléfono y a Kiko le dicen que hay un posible receptor de un riñón. Llamó a su mujer y a uno de sus amigos con el que había quedado para decirle que se iba al hospital de Cruces a recibir un trasplante. Todavía le tiembla la voz al recordarlo.

Alonso Caparrós, testigo de un trasplante

Caparrós se ha metido en quirófano para ver de primera mano cómo funciona el engranaje de los trasplantes. El comunicador ha sido testigo del trasplante a un niño de año y medio. "Ver esto me reconcilia con la humanidad y cada vez hay más motivos para sentirme orgulloso", confiesa.

En el quirófano quien dirige la operación es Paco. Después de años dedicándose al mundo de los trasplantes no duda en decir que no sabe si es Dios pero "cree en algo" "porque hay cosas que no se explican" como las experiencias cercanas a la muerte de muchas personas. "Hay padres que dicen que el día antes de morirse su hijo estuvieron hablando con él, con el niño intubado"

Después de su experiencia con el mundo de los trasplantes Caparrós cree que en este sector se junta lo mejor del ser humano: el conocimiento, la ciencia y la generosidad.

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