Las amenazas de muerte de los padres de un alumno a su profesor: "A este hijo de puta le voy a matar"

Todo comenzó un día cualquiera, cuando Julio Ricciardiello, profesor de primaria en un Colegio Público de Torrelavega, en Cantabria, comenzó a recibir insultos y amenazas por parte de algunos de sus alumnos, en particular de uno en concreto. Julio comunicó el incidente a la directora del centro, que se puso en contacto con los padres. Lejos de reprender a su hijo, disculparse por lo ocurrido o plantearse educar correctamente a su hijo, la actitud de unos padres fue sorprendente.

"Acabo de salir de la cárcel"

Ahí se inició otro capítulo de amenazas y faltas de respeto, esta vez hechas por adultos: "¿Dónde está Julio? Que a este hijo de puta le voy a matar" habría proferido el progenitor del alumno.

"Vendrá mi marido y te mandará al cementerio"

La madre por su parte tampoco mostraría estar en sus cabales y se sumó a la intimidación: "No te metas con mi hijo o vendrá mi marido y te mandará al cementerio".

Los comentarios iban subiendo el tono y los padres parecían envalentonarse mutuamente. El padre del niño incluso llegó a confesar haber pasado un tiempo en prisión, igual con voluntad de infundir temor en el docente, queriendo demostrar que sería un tipo peligroso: "Acabo de salir de la cárcel. Si vuelves a decirle algo a mi hijo me arruino la vida aunque vuelva a la cárcel 20 años".

Orden de alejamiento y baja laboral

Tal era la situación que Julio decidió interponer una denuncia ante la Policía. Como resultado, un juez dictaminó una orden de alejamiento para los padres, así como el pago de una multa e indemnización al docente.

Justo después de esto la madre llegó a decir a otros miembros del personal del centro educativo que era preferible que Julio no regresara por el colegio y manifestó sus violentas intenciones: "Cuando le vea le voy a pinchar", en clara referencia a una hipotética agresión con arma blanca.

Una familia okupa

A su reincorporación los hechos se repitieron y Julio fue objeto de nuevas faltas de respeto, insultos y amenazas. El profesor necesitó de una nueva baja laboral.

Julio intervenía en Espejo Público para denunciar entre otras cosas el incumplimiento de la citada orden de alejamiento.

Subrayaba el profesor que el detonante fue derivada de su labor como concejal del Ayuntamiento de Torrelavega, tras denunciar la okupación de un inmueble por parte de una familia, cuyo hijo resultó ser además alumno del mismo colegio donde trabaja julio.

Más amenazas, de más familiares

"He seguido recibiendo amenazas por más partes de estos familiares", explicaba Julio visiblemente afectado. Habría comenzado la mujer, después se unió el marido y los últimos habrían sido otros componentes de la misma familia. En esta ocasión a través de las redes sociales.

Como inconveniente, Julio explicaba que en Cantabria el profesorado no está considerado autoridad como en la mayoría de Comunidades autónomas, lo que implicaría penas de hasta 4 años de prisión en caso de considerarse un delito de atentado contra la autoridad.

"Delincuentes habituales"

"Se dedican a muchas cosas a las que no deberían"

Julio confesaba que estaba convencido que los distintos ataques finalizarían con la sentencia del juicio. Nada más lejos de la realidad. Como el mismo afirmaba, se trataría de una pareja que serían "delincuentes habituales".

Desde el comienzo de este curso el pasado 1 de septiembre, los padres han vuelto a las andadas. Incluso su presencia en el centro, las nuevas amenazas - "mas extensas", según Julio - y la actitud violenta del padre requirió que acudiera la Policía al colegio. La presencia de otros niños no parecería importarles.

"Concretamente es (la pareja) de una minoría étnica que ahora no es muy recomendable nombrar", expresaba Julio.

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