#MujerEspejo

Ana María Pérez del Campo: "Yo fui la primera feminazi de este país"

La histórica activista del feminismo español reconoce que a las mujeres mayores se les discrimina doblemente.

Tiene 86 años y empezó a luchar por la igualdad de géneros con 24, una meta que de momento no ve alcanzada. Su larguísima trayectoria en defensa de las mujeres y contra la violencia de género, que también es su gran sueño cumplido, aunque alerta del peligro de una vuelta atrás. Una aventura que comenzó cuando se separó en 1974, cuando aún no existía el divorcio en España. Tiene tres hijos, cinco nietos y dos biznietos.

Recomienda la lectura de El segundo sexo, un texto de Simone de Beauvoir, el largo Solo mía de Balaguer, los acordes de El Danubio Azul de Johann Strauss y el Guernica de Picasso. Le ha servido de inspiración la abogada, escritora, política y defensora de los derechos de la mujer española, Clara Campoamor. Nos cita en uno de sus grandes proyectos vitales: la única casa de recuperación integral de la mujer maltratada que hay en nuestro país. Un edificio cuya ubicación no podemos desvelar por la seguridad de quienes allí viven.

R.- Os he traído aquí porque es un centro absolutamente imprescindible para erradicar la violencia de género. Y es al que dediqué 11 años de mi vida.

P.- ¿Y dónde empieza esa aventura de luchar por las mujeres?

R.- Yo tenía que pedir permiso marital para trabajar, para viajar, es decir, nosotras no teníamos nada.

P.- Tu en el año 74 te separas. ¿Cómo era separarse en aquella época?, ¿qué te decían tus amistades, tus familiares?

R.- "El tenedor no se coge por las púas, Ana María. Haz lo que quieras pero no te separes" y yo cogí el tenedor por las púas.

P.- Y ahí empieza una guerra para ayudar a que otras mujeres no tenían que pasar por lo mismo que tú.

R.- Lo que hicimos entonces fue empezar a derogar todas las trabas que impedían que la mujer fuera considerada como un ser semejante al hombre.

P.- Y entonces fundas una asociación que es la Asociación de Mujeres Separadas.

R.- Mabel Pérez Serrano y yo fundamos la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas.

P.- ¿Para qué hacía falta?

R.- Para llegar al divorcio -dice con contundencia-, para llegar a la libertad, para caminar hacia la igualdad.

P.- Tú perteneces a la generación que tuvo que hacer la transición también en el tema del feminismo, ¿fue muy duro?

R.- Muy duro. Yo comienzo la lucha muy joven y sigo en la lucha a los 86 años, porque ahora tenemos lo que no teníamos antes, pero no está asegurado.

P.- ¿Tienes miedo de que perdamos esos derechos las mujeres?

R.- Creo que se puede retroceder seriamente.

P.- ¿Y qué te parece cuando algunos partidos políticos niegan la existencia de la violencia de género?

R.- El grupo que dice eso tienen un nombre: son maltratadores.

P.- ¿Qué piensas cuando se hable de feminazis?

R.- La primera feminazi de este país fui yo. No te voy a contar las veces que he cogido el teléfono por la noche y he escuchado amenazas de muerte: "Mira debajo de tu coche". Claro, claro. El que se arriesga, tiene que afrontar que se arriesga.

P.- ¿No te parece que hay una discriminación hacia las mujeres mayores?

R.- Hay una discriminación contra las mujeres todavía subsiste y si son mayores más. Claro.

P.- ¿Qué te gustaría que se dijera de tí cuando ya no estés?

R.- Una mujer que nunca se conformó.

Ana María reflexiona con nosotros sobre la violencia de género. "El maltrato no comienza con un hombre que pega, comienza con un hombre que conquista. Las víctimas soportan la inmundicia y el terror que infunden determinados hombres, no todos los hombres". Y añade una advertencia: "soy feminista, pero no porque lo diga. O sea, decir soy feminista no es decir nada. La conducta te dice si una mujer lo es o no".