Okupación
Anabel, arruinada y desesperada por su 'inquiokupa': "No hay manera de sacarlo"
La situación que vive Anabel es desesperada, su inquilino le debe 25.000 euros después de años de atrasos en el pago del alquiler de su vivienda de Pamplona. La mujer ha tenido que recurrir a varios trabajos para subsistir.
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Unos inquilinos morosos han llevado la vida de Anabel a la más absoluta desesperación y a una situación extremadamente difícil. Los 'inquiokupas' llevarían en torno a 4 años sin pagar el alquiler de una vivienda ni los gastos derivados de habitarla.
Los continuos impagos de los arrendados habrían generado una deuda a la que tendría que enfrentarse Anabel, quien ante la imposibilidad de asumirla con su trabajo habitual, necesitaba de un segundo empleo para cubrir los gastos.
Anabel explica desde Pamplona cómo sus sueños se han visto truncados. La mujer pretendía jubilarse y disfrutar de un tranquilo retiro, pero por el contrario, explica que actualmente se encontraría desempeñando dos trabajos distintos.
50 euros mensuales
El inquilino por su parte asegura pagar a Anabel, mientras que ella explica que una demanda del propio inquilino sería la responsable de que el caso haya terminado en manos de la justicia: "Se metió a juicio por su propia demanda [...] Se hizo un acuerdo de una quita de la deuda por la que se acordaba un pago de 50 euros mensuales durante 10 años. Es así la forma que yo tengo de recuperar esa quita. Y eso es lo que está pagando".
"No hay manera de sacarlo"
El acuerdo judicial se habría producido en 2022, pero Anabel asegura desde el juicio: "El resto del 2022 no lo paga, el 2023 no lo paga y lo que llevamos del 2024, no lo paga"
"El vive con su pareja y dos niños. Desde el año 23 se le dio la vulnerabilidad, y con eso no hay manera de sacarlo."
Según Anabel, el deudor vive con su pareja y dos niños en el inmueble y, a parte de saldar la quita acordada en los juzgados, seguiría sin pagar el alquiler de la vivienda, que tendría que abonar a parte de esos 50 €. La mujer añade que la sentencia incluye que el hombre tendría que haber abandonado el piso en mayo del pasado año y al menos en otra ocasión, pero tampoco cumpliría con esto alegando una situación de vulnerabilidad: "El se agarra a la ley, una ley que está mal hecha", sentencia la afectada.
La mujer explica cómo ella y su marido han invertido dinero, e incluso pedían un préstamo a un banco para el piso en cuestión, con el objetivo de que ella pudiera jubilarse, antes de los 67 años que le correspondían, sin verse afectada por la reducción de ingresos.
En contra de lo que Anabel y su marido tenían profundamente meditado y preparado, para hacer frente a las 2 hipotecas de su vivienda habitual y del piso en alquiler, la mujer admite resignada: "yo trabajo como enfermera y lo que necesito ahora es hacer días extras en otro sitio, de enfermera", sentencia ella.
"Lejos de salir el plan bien, pues ha salido el plan mal."
Se muestra desesperada por una situación "que no puedo luchar sola. Me doy contra la pared. A todos los sitios a los que voy no tengo ninguna ayuda".
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Momentos de tensión
Las cámaras de Espejo Público eran testigo de un encuentro entre los propietarios del inmueble y el inquilino. Tensión y gritos que no daban lugar para la razón o el entendimiento, con una persona que según el periodista Miquel Vals: "No tienen vergüenza ni la conocen".
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