Okupas con Síndrome de Diógenes

Así se encontró Mari Carmen su casa tras ser inquiokupada: "Todos los recuerdos de mi infancia se han perdido"

El caso de Mari Carmen, vecina de Bértoa, ha sacudido a la comunidad tras recuperar su vivienda heredada y encontrarla completamente destrozada, después de haber estado ocupada durante tres años por una mujer con sus dos hijos y dos perros.

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“El olor es nauseabundo. El suelo repleto de heces”, cuenta Mari Carmen con tristeza. La vivienda, que pertenecía a suspadres, fue su hogar de infancia. En julio de 2022, fue okupada por esta familia compuesta por una madre y sus dos hijos, que dejó de pagar el alquiler apenas unos meses después. Desde febrero de 2023 comenzó un largo proceso judicial para poder desalojarlos, que culminó el pasado 2 de abril, cuando finalmente abandonaron la casa.

El panorama con el que se ha encontrado Mari Carmen al recuperar su casa ha sido devastador: las habitaciones completamente cubiertas de basura, puertas que no se pueden abrir por el bloqueo que provoca la porquería, sillas del comedor en el patio mordidas por los animales, ropa tirada por el suelo, bolsas de basura, alimentos caducados, insectos, y todo lo que nuestras mentes pueden imaginar cuando piensan en una casa habitada por alguien con Síndrome de Diógenes.

“Es la casa de mis padres que me quedó en herencia, yo me crie y donde yo tengo los recuerdos de mi infancia, todo lo que había se perdió, me queda la estructura, nada más”

La situación dentro de la vivienda reflejaba un caso extremo de acumulación y abandono, comparable con el Síndrome de Diógenes. “¿Quién puede vivir en esas condiciones? ¿Por qué vivir así? Aunque sean inquiokupas… Son condiciones inhumanas”, comentaba Marta Robles al ver las imágenes de la vivienda.

Actualmente, Mari Carmen se encuentra sola limpiando y vaciando la casa poco a poco. El daño emocional es tan grande como el material. “Es mi vida”, dice entre lágrimas. “Es una casa que mis padres tuvieron que emigrar para construirla. Me duele muchísimo.”

El caso reabre el debate sobre los derechos de los propietarios y la falta de protección ante la ocupación ilegal, una problemática que sigue afectando a muchas familias en toda España.