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Así funciona la asociación de los 'Puppy Play': personas que simulan ser perros para consumar sus fetiches sexuales

Espejo Público se adentra en la asociación de los 'Puppy Play' donde los socios se convierten en perros para cumplir sus deseos sexuales e interaccionar con otros 'canes humanos'.

Hombre perro.

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En los últimos días el vídeo de una mujer llevando con la correa a un varón que se comportaba como un perro por las calles de Valencia ha generado cientos de comentarios y reacciones hasta convertir las imágenes en virales. Hay quienes han relacionado esta práctica con el fectiche 'Puppy Play'. La ilusión de algunas personas por simular ser un perro en sus relaciones sociales y sexuales.

Espejo Público se ha adentrado en la comunidad 'Puppy Play' de España. Una agrupación en la que las personas adoptan una actitud de perros. Hablamos con Nition, un varón que usa este apodo cuando se convierte en perro. Asegura que hay muchos mitos sobre su comportamiento como que comen pienso de perro o que orinan en la calle como perros, cosas que asegura que no son ciertas.

El 'Puppy Play' es un fetiche que está muy extendido en otros países como EEUU y Alemania. Consiste en comportarse como un perro, la persona se separa de lo que es ser humano en ese rato. Juegan entre ellos, conocen a otras personas y salen con la correa. Esto se hace en un entorno privado. El vídeo viral que se ha grabado en Valencia no se corresponde lo que es la comunidad puppy internacional, señala.

"Es un fetiche social pero sobre todo sexual"

Explica el presidente de esta asociación que es un fetiche social porque las personas se relacionan entre ellas y también tiene un gran componente sexual.

Señala que la sociedad no tienen que tenerles miedo y pide que sean tratados con respeto. Se unen a la comunidad LGTBI y al Orgullo Gay para reivindicarse como colectivo. Para relacionarse entre ellos observan el comportamiento de las otras razas y ven si son compatibles con las suyas o más o menos sociales.

Su primera toma de contacto con este mundillo fue en Berlín que es una de las cunas fetichistas en Europa, señala. Vio una máscara que le atrajo, quiso saber más y entró en la comunidad española de la que terminó siendo presidente.

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