Un bebé sufre lesión cerebral por un diagnóstico erróneo de Covid: "Si el mundo no se hubiera parado le habrían atendido"

En marzo de 2020, en pleno auge de la pandemia de coronavirus, el pequeño Hugo de poco más de un año comenzó a presentar síntomas como fiebre, conjuntivitis y eritemas. Sus padres no le llevaron al pediatra en un primer momento pensando que podía tratarse de un caso de coronavirus, por lo que le administraron Apiretal en el domicilio.

Como el niño mantenía los síntomas, sus padres le llevaron a un médico privado que determinó que el pequeño padecía un virus y le recetó antibiótico. Tras la ingesta el niño se recuperó y volvió a estar sano. Sin embargo, el pasado mes de diciembre la pesadilla comenzó de nuevo para esta familia.

Tras una noche de vómitos y malestar el corazón del niño dejó de latir en los brazos de su madre. En el centro de salud consiguieron estabilizarle. Fue entonces cuando descubrieron que el bebé tenía aneurismas en el corazón y tras un estudio determinaron que en el mes de agosto el niño había padecido el síndrome de Kawasaki.

Los padres lamentan que si el niño hubiera sido bien diagnosticado hubiera superado la enfermedad con un tratamiento y no tendría las secuelas que padece. La falta de oxígeno en su cerebro durante el tiempo que su corazón estuvo parado le ha dejado secuelas y necesita una sonda gástrica.