Así fue el brote psicótico de la presunta parricida de Godella: "Decía que quería ver a sus hijos, soltaba patadas y mordiscos"

Relata que fue después de comer este martes cuando la interna sufrió un brote psicótico. "Decía que quería ver a sus hijos y se produjo un revuelo. Estuvo acompañada en todo momento por dos internas que forman parte del programa antisuicidio", señala. María, la presunta parricida salió corriendo hacia el patio, fueron tras ella para intentar convencerla de que entrara en la celda pero esta se negó diciendo en todo momento que quería ver a sus hijos.

Las funcionarias de prisiones la intentaron acompañar de regreso a su celda mientras María "soltaba patadas y mordiscos". Finalmente las trabajadoras lograron reconducir la situación y María fue trasladada "a una celda especial para estos casos" y se avisó al médico.Desde entonces, según Vilas, el comportamiento ha vuelto a ser estable.

Tal y como asegura este funcionario, hasta el momento tanto el padre como la madre de los niños asesinados no habían dado muestras de comportamientos violentos. "Estaban más preocupados por los horarios y el desarrollo de la vida en el centro penitenciario. No manifiestan recuerdo hacia los niños", apunta.

Vilas denuncia que el personal de prisiones no cuenta ni con la formación ni con los recursos necesarios para hacer frente a este tipo de patologías psiquiátricas y las enfermerías de estos centros al final se convierten en psiquiátricos encubiertos.

"En el centro penitenciario de Picassent no existe un psiquiatra en plantilla. Cuando ingresa un recluso con este tipo de patología por protocolo le visita el médico, el trabajador social y el psicólogo que son los que deciden si tiene que adherirse al programa de prevención de suicidios como ha sido este caso", afirma.