El calvario de los vecinos de Malasaña por un narcopiso: "Me entraron a robar con mi bebé de 3 meses en casa"

Estar en casa durmiendo tranquilamente y ser despertados por los gritos de toxicómanos que golpean en una ventana para comprar droga. Esa es la realidad de muchos vecinos del madrileño barrio de Malasaña que denuncian lo difícil que es seguir su día a día con este trasiego de personas.

Esto pasa en pleno centro de Madrid por donde cientos de turistas pasean cada día. La zona se ha convertido en un supermercado de droga. En la fachada del edificio puede leerse la oferta de las sustancias que se venden: heroína, cocaína y crack. Los vecinos están hartos, los adictos roban las gomas de los limpiaparabrisas para usarlas como torniquete cuando se drogan.

"Por aquí pasan más de 50 personas todas las noches"

A esta zona se la denomina como el supermercado de la droga. Los vecinos conviven aquí con peleas y prostitution. La estampa diaria es encontrarse a gente que va a la zona a pincharse. Hay una ventana rota desde la que se hacen todas las transacciones. Los vecinos mantienen que por la zona pasan más de 50 personas todas las noches. Entre camellos y mendigos. "Vacían los cubos de basura, se cagan en la calle y lo dejan todo lleno de cristales rotos", denuncia un vecino de la zona.

Una mujer cuenta a los micrófonos de Espejo Público que los toxicómanos entraron a robarle en casa estando con su bebé de 3 meses. Le quitaron la cartera, la bolsa de trabajo con varios discos duros y otros dispositivos tecnológicos.

Los vecinos tienen miedo de hablar porque a muchos les han amenazado con cortarles el cuello.

"Malasaña tuvo una etapa muy dura, luego se aseó el barrio y ahora vuelve a estar en lo peor de aquel momento"

Señala el periodista Ángel Antonio Herrera que él que vive por la zona sabe que Malasaña tuvo una etapa muy dura de riesgos diversos, de ahí remontó bastante. Se aseó el barrio y ha vuelto a estar en lo peor de aquellos momentos.

"Te encuentras con heces humanas y cristales tirados por la calle que cortan a los perros. Hay peleas, gritos, prostitución. Muchas veces te asomas a la ventana y hay alguien pinchándose justo debajo. Les dices algo pero van tan colocados que no se enteran de nada. Estoy sola en casa con el bebé y estoy aterrada de que me vuelva a entrar alguien", dice una madre ante las cámaras.

Apunta un vecino que la persona que vive en la casa tiene una minusvalía, "supuesta minusvalía" aclara, y es una persona vulnerable. "Eso no le permite nada más que vivir de las rentas y de su pensión", apunta.

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