Rugby en prisión
De la cárcel a la cancha: Reclusos de 4 prisiones compiten en el I Torneo de Rugby Penitenciario
Un empresario venezolano trae a España el Proyecto Alcatraz, la competición que creó en su país hace 10 años para transmitir los valores del rugby a los internos.
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Respeto, trabajo en equipo, humildad… no es fácil encontrar estos valores entre los muros de una prisión. Por eso estos 25 internos de cuatro prisiones españolas han visto en el rugby una vía de escape y algo a lo que agarrarse para cuando salgan a la calle. De momento ya han salido durante toda una jornada para disputar el I Torneo de Rugby Penitenciario. Y lo han hecho a lo grande, sobre el césped del Central, la misma cancha donde juegan los Leones, nuestra Selección Nacional.
Fugarse no entra en los planes: “Me falta un año y 10 meses por cumplir. la mayoría ya disfrutamos de algún permiso. Perderíamos más”
Nabil está interno en la prisión de Valladolid “por robo con violencia. Gracias a Dios terminé vivo, porque era un robo bastante difícil. Me castigaron por ello y estoy pagando”. Cuando le preguntamos por los valores que le ha aportado este deporte responde sin pensarlo: el rugby es respeto”. Michael reconoce que una salida como esta es un milagro. Lleva más de tres años en la prisión de Meco y aún le quedan casi dos por cumplir: “estar aquí jugando al aire libre viendo a tu familia… no tiene precio. El rugby te aporta tolerancia, compañerismo y respeto”. No observamos medidas de seguridad excepcionales. Si acaso algún policía de paisano con el pinganillo en la oreja. Todos coinciden que fugarse no es una opción: “la mayoría de los que estamos aquí ya tenemos algún permiso. Si nos fugamos o hay algún problema perdemos más”.
“Miyagi” les entrena cada miércoles: “Cuando entrabas al principio la sensación era rara, de desconfianza. Ahora te abrazan”
Lo mismo piensa Manu, uno de los entrenadores que cada miércoles va a la cárcel de Meco (las otras prisiones que participan en el Torneo son Zuera, Estremera y Valladolid) para instruir a estos internos. Asegura que el grupo ha adquirido un sentido de pertenencia y que no cometerán “ninguna torpeza”. Manu pertenece al Club de Rugby Cisneros, un equipo con casi ochenta años a su espalda. También “Miyagi” es del Cisneros y también va semanalmente a la prisión para entrenar: “cuando traspasas la puerta para entrar en la prisión es una sensación muy rara. Al principio notabas tensión en el ambiente, desconfianza. Ahora cuando entras la gente se te acerca, nos damos abrazos… el objetivo es que tengan una segunda oportunidad”. Y los valores permanecen, pues además de los internos participan jugadores que ya han recuperado la libertad.
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Objetivo: que los valores del rugby les ayuden cuando salgan a la calle
Esta iniciativa nació en Venezuela de la mano de un empresario del ron. Desde la Fundación Santa Teresa, Alberto Wollmer patrocina el torneo tanto en su país como ahora aquí. Además de fondos, se pone la camiseta si es necesario para hacer algún ensayo junto a los reclusos. Alberto enumera de carrerilla lo que el rugby les aporta: respeto, disciplina, trabajo en equipo, espíritu deportivo y humildad. El objetivo: que empleen esas herramientas cuando salgan a la calle.
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