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ABUSOS EN LA CASA CUNA DE TENERIFE
"En la cárcel se estaba mejor"
Álvaro, Mateo, Liberia o María son algunos de los niños que pasaron su infancia en la Casa Cuna de Tenerife. Algunos eran huérfanos, otros tenían padres, pero no los medios para criarlos. Todos vivían con miedo en un lugar donde las vejaciones, abusos y castigos desmesurados eran una constante diaria. "En la cárcel se estaba mejor", aseguran.
Álvaro fue abandonado en la Casa Cuna de Tenerife poco después de nacer. Creció allí como cientos de hijos de padres desconocidos. Álvaro sufrió malos tratos hasta 1973, cuando cumplió la mayoría de edad. Entonces dejó de estar bajo la tutela del Cabildo de Tenerife, institución de la que hasta hoy depende la Casa Cuna.
Hasta finales de los 70, el Cabildo de Tenerife confió la gestión de la Casa Cuna a la Congregación de las Hijas de la Caridad. Durante tres décadas Sor Juana Alonso, fue la encargada de dirigir el centro bajo una férrea disciplina. Junto a ella, una decena de religiosas y un grupo de trabajadoras seglares se ocupaban del cuidado y educación de los niños.
Mateo, Liberia, María ... son algunos de los niños que vivieron en la Casa Cuna de Tenerife. De aquellos años, recuerdan los golpes diarios, los abusos de una religiosa y los castigos. Muchos de ellos no han logrado desprenderse de estos recuerdos. Todos crecían con miedo.
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