Crimen en La Rioja

La carta del presunto asesino de Lardero desde la cárcel: "Sabe lo que hace y no actúa por impulsos"

Francisco Javier Almeida se encuentra en prisión acusado de matar a un niño de 9 años en Lardero (La Rioja). El perito grafólogo Carlos Rodríguez analiza una carta escrita desde prisión en la que queda a la vista la personalidad del detenido.

Espejo Público ha accedido a una carta escrita por Francisco Javier Almeida desde prisión. El presunto asesino del pequeño Álex de 9 años en Lardero (La Rioja) escribía esta misiva durante su estancia en la cárcel del Dueso. Solicitaba información a Instituciones Penitenciarias sobre la cuantía que se le exigía abonar de una de las indemnizaciones a las que fue condenado a lo largo de su historial delictivo. Almeida cumplió una primera condena por violar a una menor y una segunda pena por el asesinato y violación de una muer de 26 años en el llamado 'crimen de la inmobiliaria'.

El psiquiatra Javier Hurra considera que estamos ante "un asesino que siente placer sexual con el asesinato". Destaca el particular sadismo con el que terminó con la vida de la empleada de la inmobiliaria "sobre la que eyaculó cuando ya le había clavado el cuchillo varias veces".

Carlos Rodríguez, perito grafólogo, analiza la carta escrita por el presunto asesino. Señala que se trata de una caligrafía infantil aparentemente curva que esconde después una serie de ángulos. "La letra curva refleja la cortesía pero luego hay otros ángulos que muestran a una persona fría", explica.

"Se observan ángulos en gestos que podrían ser curvos. La 'd' y la 'p' son letras complejas porque tienen un óvalo que refleja el mundo del 'yo'. Hace una escritura disociada haciendo alusión al proceso que puede tener esta mente. La persona se distancia de aquello que está sintiendo y realizando", analiza el experto.

Reconoce Carlos Rodríguez que en un primer momento le sorprendió la escritura infantil del detenido pero mirando con la lupa encontró "una parte manipulativa y esa enorme cordialidad aparente pero nunca real. Está todo muy controlado y no actúa por impulsos".

En cuanto a la rúbrica final en la misiva, explica que es totalmente diferente al texto. "El texto dice la cara que da a los demás y la firma muestra lo que es. Combina las curvas en la zona superior y los ángulos en la zona inferior".

Francisco Javier Almeida pasaba los veranos en el barrio de El Niño de Logroño junto a su familia. Quienes le conocieron en aquella época le recuerdan "pegado a su madre". "Un niño sordo, un poco raro que no jugaba con el resto de los primos. Le veíamos que no era muy normal y que le faltaba un algo", sostiene.