#MujerEspejo

Celia Sánchez Ramos: "Las mujeres pueden y deben ser ambiciosas"

Esta catedrática e investigadora, que ha liberado más de 20 familias de patentes para la universidad, se ha sentado en nuestro espejo, para compartir una trayectora profesional impecable.

Celia Sánchez Ramos es la investigadora española en activo que más patentes ha liberado. Tiene 61 años, es divorciada y tiene dos hijos y dos nietas, una familia que califica de fabulosa y de la que se siente muy orgullosa. Sigue ejerciendo la docencia universitaria en la Complutense de Madrid y sigue investigando. De hecho es directora del Grupo de Investigación donde busca sin descanso un remedio definitivo contra la ceguera. Le encanta la literatura de Vargas LLosa, el estilo de Soroya, la película El Golpe y el tema Mediterráneo de Serrat. Si se le pregunta por el invento que considera más importante responde sin duda que los antibióticos y reconoce que le sirve de inspiración Rafael Nadal. Para la entrevista elige el Jardín Botánico de Madrid, un lugar muy relacionado con su propia formación.

Respuesta.- Estamos aquí, en el Jardín botánico de Madrid que depende del CSIC. Ya sabéis que los medicamentos y todo lo que tenía que ver con la farmacología se obtenía de plantas y de minerales. Mis primeros estudios fueron Farmacia. Yo estudié Farmacia primero y después hice Öptica. Diez años más tarde me doctoré en Medicina Preventiva y Salud Pública y luego me doctoré otra vez en Ciencias de la Visión. Más adelante empecé a hacer transferencia con los inventos que son propiedad de la Universidad Complutense de Madrid y que ya se están ahora comercializando.

Pregunta.- Cuando empezaste no había muchas mujeres...

R.- No, no. Muy pocas. Mujeres inventoras somos poquitas.

P.- ¿Cómo es ese momento en el que decides dedicarte a la invención?

R.- Sí, sí. Lo sé. Porque nosotros hacíamos investigación y teníamos una serie de resultados muy espectaculares y a partir de ahí es cuando empezamos a hacer patentes que yo no sabía ni qué era aquello.

P.- Nadie llega a generar veinte familias de patentes si no es porque le mete muchas horas...

R.- Sí y a costa de la vida familiar, pero si, muchas horas. Yo creo que también muy bien saberse rodear de personas...

P.- O sea, equipo...

R.- Equipo, la clave es equipo. Perseverancia. Sabes que te vas a caer y sabes que te tienes que levantar y levantarte lo más rápido posible, con la mayor fuerza posible y tener ilusión cada día.

P.- Con respecto a los hombres, ¿qué ventajas has tenido y qué desventajas?

R.- Actualmente no hay ninguna diferencia, sinceramente.

P.- ¿Pero la ha habido?

R.- Sí la hubo. La hubo claramente, pero en los años 80. La hubo claramente. Yo siempre cuento la misma anécdota. Un profesor qu eno pudo apoyarme en una oposición contra un varón porque el chico era el padre de familia, aunque nunca había tenido hijos. Yo ya había tenido un hijo y estaba embarazada del segundo. Sí la hubo.

P.- ¿Tú tienes sensación de haberte dejado algo por el camino?

R.- Con respecto a mis hijos, no. Yo no me siento para nada, pero en absoluto, que me haya perdido parte de la infancia de mis hijos. No.

P.- Y después de todos esos años de trabajo empiezan a llegar los premios y algunas nominaciones como la del Premio Príncipe de Asturias.

R.- Sí. Muy muy ilusionante. Me encantó. Tengo también un doctorado Honoris Causa por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo que es el mejor regalo profesional que me han hecho nunca y que me entusiasma. Y mi sueño es generar un invento que sea merecedor del Nobel.

P.- ¿Un remedio para la ceguera?

R.- Un remedio para la ceguera, por ejemplo, que tenga que ver con trasplantes de retina. Hay muchas cosas que estamos trabajando, pero que fuera mercedora de un Nobel. Comprendo que es un sueño, pero también hay que luchar por los sueños.

P.- ¿Las mujeres también pueden ser ambiciosas?

R.- Yo creo que pueden y deben. Avanzar por el camino de cada uno yo creo que es la clave de la vida.

P.- ¿Se te puede considerar en ese sentido pionera entre las mujeres?

R.- Sí, sin duda. No se cuántas seremos en mi generación, pero muy poquitas. El haber abierto brecha en el mundo de las trasferencias y de las patentes en España, creo que es mi mayor logro.

R.- ¿Por qué sabemos tan poco de las mujeres en este país?

R.- Yo creo que sí que tenemos un poco de pudor y eso no debe ser. Yo creo que el escaparate está para mostrarse, si no se muestra lo que hay, difícilmente las personas y la sociedad en general pueden entender que lo que se hace es importante.

Celia, que no deja de sonreír y de gesticular ampliamente con las manos asegura además que "las mujeres estamos cada vez más posicionándonos en puestos donde más nos compete y más nos corresponde, sin perder el puesto de madre en la familia y el padre como padre. Yo creo que si están en igualdad de cargos, necesariamente el salario debe ser idéntico. Es que no me cabe en la cabeza que no lo sea. Somos muy complementarios y lo que no podemos en ningún caso es perdernos al 50% de la población. Tenemos que convivir y desde luego engranar y formar parte y que todos colaboremos. Esta es la clave.