Nuevos datos de la investigación

El conde de Atarés pudo matar a su mujer y a una amiga porque pensaba que su esposa le era infiel

La autopsia del conde de Atarés, Fernando González Castejón, determina que en el momento en el que terminó con la vida de su mujer y una amiga de esta no se encontraba bajo los efectos de las drogas ni del alcohol.

Los investigadores siguen tratando de determinar qué ocurrió antes de que Fernando González Castejón, conde de Atarés, terminara con la vida de su mujer y una amiga de esta en su piso del barrio de Salamanca (Madrid). La autopsia al cuerpo del presunto homicida determina que cuando se produjo el crimen no estaba bajo los efectos de ninguna sustancia ya que no se han encontrado en su organismo restos de alcohol ni tampoco de drogas.

En un primer momento se especuló si el conde podría estar bajo los efectos de alguna sustancia cuando cometió el doble crimen antes de quitarse la vida, sin embargo, el resultado de la autopsia ha determinado que no no había restos de alcohol ni de drogas en su organismo.

Este resultado determina además que no se ha hallado ningún tipo de psicofármaco en su cuerpo, lo que indica que no se estaba medicando pese a que lo tenía prescrito por un facultativo. El conde estaba atravesando una depresión y le habían recetado una medicación para pasar ese trance.

"La autopsia ha determinado que el conde de Atarés no estaba tomando la medicación que le habían prescrito para la depresión"

Apunta el periodista Luis Fernando Durán que "algunas personas de forma malintencionada quisieron dejar ver que el conde había bebido o había tomado alguna sustancia estupefaciente cuando cometió el doble crimen" y se ha visto en la autopsia que no es así. Respecto al móvil del crimen, señala Durán que la última hipótesis con la que trabaja el equipo de investigadores es que quizá él pensara que su mujer tenía otra relación y ese fuera el detonante de que perdiera el control y disparara mortalmente a ambas para después quitarse la vida.