Confinados en 6 metros cuadrados: La peor cara del aislamiento

Samira vive con su hija en un diminuto piso por el que paga 375 euros al mes de alquiler, sin embargo, cuenta que la propietaria quiere subirle el precio más allá de los 500 euros. Duerme en el salón con su hija porque en el dormitorio hay demasiada humedad. Lleva un año en el paro y no ve más alternativas para subsistir.

Visitamos otro piso minúsculo de 6 metros cuadrados. El arrendatario ha subalquilado habitaciones por 200 euros. Las estancias son mínimas y uno de los habitantes reconoce que pasar allí el confinamiento ha sido difícil. "El confinamiento lo he llevado fatal, casi siempre estaba encerrado en la habitación como si estuviera en la cárcel", lamenta.

En el barrio de Salamanca también hay ejemplos de estas viviendas minúsculas. Nos recibe una pareja que vive en un semisótano con vistas a los pies de los peatones por el que pagan 1.250 euros al mes. Reconocen que optaron por esta vivienda porque no les quedaba otra alternativa pero es muy molesto no poder ver el cielo y que el humo de los tubos de escape de los vehículos se cuele en la casa.

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