Duermen con un bate de béisbol por miedo a los okupas: "Mi madre ha querido salir hasta con cuchillo para que no nos pase nada"

Ainhoa y su madre Ana compraron un piso en septiembre del pasado 2020. Sin embargo, la ilusión por tener una nueva vivienda se vio empañada a los pocos días cuando descubrieron que prácticamente todo el bloque estaba okupado. Una semana después de adquirir el domicilio querían dejarlo e irse de allí. ¿El motivo? Los actos violentos de los okupas.

7 meses en los que los insultos, las agresiones y las amenazas se han convertido en una constante. "Es insostenible, no nos dejan ni salir de casa. Yo vivo con ataques de ansiedad", reconoce Ana.

Ainhoa relata que un día comenzaron a golpear la puerta tan fuerte que hasta hicieron saltar la alarma. En ese momento Ainhoa salió con un bate de béisbol "para decir ya basta". Lo que ocurrió fue que los okupas le quitaron el bate y la golpearon. "Ni siquiera podemos dormir tranquilas ni descansar. Mi madre ha querido salir hasta con cuchillo para que no nos pase nada pero claro no podemos llegar hasta esos extremos, eso es lo que ellos quieren".

Cuentan que compraron el piso a sabiendas que algunos pisos estaban okupados porque desde la inmobiliaria les aseguraron que eran personas "muy pacíficas y tranquilas que simplemente necesitaban una vivienda". La realidad fue distinta: "El primer día que vinimos ya empezaron los insultos y las amenazas".

Las damnificadas han puesto 3 denuncias y aunque la Guardia Civil se ha personado en el lugar en varias ocasiones les han comentado que no pueden hacer nada. "Lo único que nos dicen es que tenemos que aprender a convivir".

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