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CRIMEN DE ARANCHA GUTIÉRREZ

El desgarrador testimonio de la madre de la española asesinada y violada en Costa Rica: "Mi yerno me llamó y me dijo "Nos la han matado""

La madre de Arancha Gutiérrez, la española asesinada en Costa Rica, ha hablado por primera vez tras el crimen ocurrido el pasado 4 de agosto. El único acusado, Albin Díaz Hawkings, se enfrenta a una condena de hasta 50 años de prisión. Su madre lamenta el abandono que sintieron por parte de las autoridades españolas. Espera que el crimen de su hija sirva para advertir a los turistas de que el área costarricense de Tortuguero es muy peligrosa. "Desde enero hasta el 4 de agosto habían muerto asesinadas 371 personas en esa zona", lamenta.

La turista española Arantxa Gutiérrez López, de 31 años y nacida en Alicante, fue asesinada en Tortuguero, provincia de Limón (Caribe), a causa de asfixia y tras un ataque sexual, cuando había salido a caminar por un sendero cercano a su hotel el pasado 4 de agosto. Su madre, Pilar López, todavía no puede creerse lo que ha pasado. Asegura que desde el primer momento a su hija le dijeron que la zona donde pasaba sus vacaciones era totalmente tranquila. Sin embargo, han podido saber que desde enero hasta que le arrebataron la vida a su hija habían muerto 371 personas de modo violento en esa zona.

"Estuvimos cuatro horas en el aeropuerto con mi hija gritando y llorando y nadie nos explicaba nada"

Ha conseguido que la web del Ministerio de Asuntos Exteriores refleje la peligrosidad de la zona: "No quiero que ninguna familia española vuelva a pasar por lo que he pasado yo", señala. Fue su yerno, Miguel Ángel Escribano, quien le llamó para darle la noticia. "Solo podía oír "Nos la han matado, ven", después la llamada se corto". A partir de ese momento Pilar vivió un auténtico 'vía crucis'. Desde Alicante viajó en coche hasta el aeropuerto de Madrid. "Estuvimos cuatro horas en un aeropuerto rodeados de gente que iba y venía de vacaciones, con mi hija llorando y pegando gritos y mi marido. Me hubiera gustado que el Gobierno nos hubiera evitado ese trago y nos hubiera habilitado una sala para estar y explicarnos con lo que nos íbamos a encontrar allí".

Esta familia pagó de su bolsillo todos los gastos relativos al viaje tras el crimen y tan solo el cónsul se puso en contacto con ellos. "Le preguntaba qué había pasado y me decía que no me podía dar más información", destaca.

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