Afectados por el volcán de Cumbre Vieja
El emocionante testimonio de madre e hija tras el volcán: "Mi hijo de 3 años se quedó afónico del estrés"
La de Mari Ángeles y su hija Esmeralda es una de esas historias que dejan ver los dramas humanos que emergen con el paso de la lava del volcán de La Palma (Canarias). Fueron de las primeras en ser evacuadas. Sus casas ya no están pero temen que tampoco regrese esa vida que conocían: "Era demasiado bonito para ser verdad", recuerdan.
María Ángeles vivía en una casita del barrio de Las Manchas, perteneciente a los municipios de El Paso y los Llanos de Aridane. Tenía una huerta donde cultivaba lo que se llevaban a la mesa y un gran terreno por el que correteaban sus nietos. Los domingos se juntaba a comer con sus hijos y sus nietos. En su barrio todos eran familia porque se preocupaban los unos de los otros. Su hija Esmeralda había comprado un terreno a pocos metros de su casa. Eran vecinas y se veían a diario.
Ahora madre e hija recuerdan esa vida como "algo demasiado bonito para ser cierto". La erupción del volcán de Cumbre Vieja arrasó sus hogares en el tercer día de actividad. Recuerdan que tuvieron que salir de su casa nada más ver el humo sin tiempo para nada. Les habían avisado de que el volcán podría entrar en erupción y tenían documentos y fotos en una caja. Eso fue lo único que sacaron.
En el caso de Esmeralda tiene dos niños de 2 y 3 años. Recuerda que salieron a salvar la vida porque la esena era como la de las películas de terror en la que parece que se van a abrir bocas en el terreno. Su hijo mayor ya entiende lo que ha pasado y dice que "el volcán es malo" porque tiró su casa y la de sus abuelos.
Ambas coinciden en que lo importante no es lo material sino lo emocional. "Allí quedó el primer biberón de mi hijo, sus primeros chupetes, su ropa, sus juguete. El barrio era la familia donde querías estar y vivir, una familia emocional. Se preocupaban por ti, por cómo estabas y eso es muy difícil de encontrar, estamos hablando de algo emocional".
Esmeralda está muy preocupada porque sus padres han trabajado toda su vida para tener su casa. Actualmente están en una vivienda que le han prestado porque no tienen ningún sitio a dónde ir. En un primer momento fueron a casa de una hermana. Se sienten arropados por las muestras de cariño pero necesitan que las ayudas se gestionen lo más rápido posible. "Sería feliz viendo a mis padres con una casa y una huertita como la que tenían, eso es una forma de vida".
La erupción del volcán ha dejado una gran herida en la familia. "Estamos todos mal, mi marido, mi padre, el niño se quedó afónico del estrés, le dolía la barriga y tenía décimas de fiebre. El niño notó que teníamos que salir para salvar la vida. Intentamos no llorar mucho delante de él, nos dice: "No te preocupes mami vamos a hacer una casa nueva y bonita".
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Puedes ver la entrevista completa a dos afectadas por el volcán de La Palma en Espejo Público a través de Atresplayer.