España y Estados Unidos. Dos formas de encarar la crisis del ébola

En ambos países el primer contagio por ébola afecta a profesionales sanitarios. En España enferma una técnico de enfermería. Se trata de Teresa Romero, trabajadora del Hospital Carlos III de Madrid. En EEUU, la primera persona contagiada por el virus es una enfermera del Hospital Presbiteriano de Salud de Texas. En los dos países existe contacto con pacientes infectados. En el caso español, el contagio de Teresa Romero se produce al tratar a Manuel García Viejo, enfermo de ébola. El religioso falleció el pasado 25 de septiembre en el Hospital Carlos III de Madrid, tras ser repatriado desde Liberia. En EEUU, la enfermera se infecta al asistir a Thomas Eric Duncan. El paciente fue ingresado tras enfermar después de haber viajado a Liberia.

Tanto en España como EEUU, las dos profesionales llevan puesto el traje protector que marca el protocolo en el momento de aisistir a los pacientes con ébola. Aun así, en los dos países se produce un fallo en las pautas a seguir en el tratamiento del ébola. Hay notables diferencias en cuanto al aislamiento de las pacientes. Teresa Romero ingresa cinco días después de tener síntomas de fiebre. Lo hace en urgencias del Hospital de Alcorcón. La enfermera estadounidense ingresa el pasado viernes, el mismo día que detecta que tiene fiebre. Acude al hospital donde trató al paciente que la contagió. Al Hospital Presbiteriano de Texas.

Diferencias de rango al comunicar el contagio entre España y EEUU. Aquí, es la ministra de Sanidad, Ana Mato, quien convoca a los medios de comunicación. En EEUU, es el alcalde de Texas, Mike Rawling, quien informa del primer caso de ébola. En ambos países se aisla a los familiares más directos de las pacientes. En España, es el marido de Teresa Romero, Javier Limón, quien está ingresado en observación. En EEUU se hace seguimiento de la pareja de la enfermera contagiada.

El piso de Teresa Romero es descontaminado, también algunas zonas comunes de la urbanización en la que reside. Pero una semana después de su contagio, queda por desfinfectar el garaje de su finca. En EEUU en cambio, se descontamina rápidamente la vivienda y el vehículo de la enfermera. Las dos sanitarias infectadas tienen un perro como mascota. En el caso de Teresa Romero, "Excalibur" es sacrificado por decisión de las autoridades para evitar riesgos. El perro de la enfermera estadounidense se mantiene con vida, por ahora no se ha ordenado su muerte.