La familia de los primos hallados en un vertedero de Toledo no cree la versión oficial: "Los mataron y los tiraron en bolsas"

La familia de los dos primos de 11 y 17 años que fueron localizados en un vertedero de Toledo después de desaparecer de su casa de Madrid asegura que su muerte no fue un accidente, sino que se trata de un crimen, y piden que se siga investigando el caso. Espejo Público ha accedido a las últimas imágenes de los menores captadas antes de que partiesen a Toledo. Ambos desaparecieron el pasado 10 de diciembre en Carabanchel.

Las cámaras de la estación de autobuses de Toledo graban su imagen pero después no se sabe más de su paradero. Días después aparece el cuerpo sin vida de ambos en distintos puntos del vertedero de Toledo.

Sus últimos pasos antes de viajar a Toledo y desaparecer sin dejar rastro

El día de su desaparición en torno a las 15.00 horas se les graba entrando en un supermercado del centro de Madrid. Pasan los minutos y se les capta en una estación de metro de la capital. A partir de ahí nada se sabe de ellos hasta el 11 de diciembre cuando aparecen caminando en la estación de autobuses de Toledo.

La hipótesis de las familias de estos dos primos es que el entorno de una expareja del mayor de ellos está detrás de lo que ellos denominan un crimen.

Los familiares de Ángel y Fernando nunca creyeron la versión oficial de la autopsia

La abuela de los menores se encuentra gravemente enferma tras lo ocurrido, que ha causado un gran impacto en las familias. No creen la versión oficial que trascendió de la investigación que establece que los niños se metieron en un contenedor para calentarse del frío, hicieron una hoguera y murieron intoxicados.

"Esto ha sido un asesinato, han matado a los dos en la casa de la Trini. Tenían al niño retenido en la casa atado en una silla con cadenas Los tiraron ellos mismos a un cubo en bolsas de basura". Cuenta esta madre que las familias a las que acusan están ilocalizables. "¿Por qué se escapan si ellos no han hecho nada?", se preguntan.

Carlos García Barret es el detective al que contrató la familia de los menores. Sus informes aseguran que la muerte de estos primos no está clara. Mantiene que los forenses no han sabio determinar si los niños murieron por una muerte accidental o violenta. "El piso donde la familia sospecha que acabaron con sus vidas fue limpiado previamente con lejía y amoniaco y todo apunta a que estas prácticas corresponden a tapar la escena de un crimen", señala.