Chantaje sexual

Un gigoló graba sus relaciones sexuales con un cliente y le extorsiona a él y a su mujer para no hacerlas públicas

Un hombre casado se cita con un gigoló y acaba siendo víctima de chantaje por un video sexual entre ambos.

Denuncia a un prostituto por coacciones.

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Un gigoló queda con un hombre casado, decide grabar su encuentro y pide dinero a cambio de no enviar la grabación a la mujer de la víctima. "Solo necesito un poco de apoyo para continuar mis estudios", así comenzaba la amenaza del prostituto para conseguir dinero del hombre casado. Tan solo le dio una hora para pensárselo antes de seguir presionando "de otras maneras que no serán tan bonitas realmente". Le llega a exigir una cantidad de hasta 6.850 €, supuestamente para costearse sus estudios.

Al no recibir respuestas por parte de la víctima, inicia las conversaciones con la mujer de este, contándole que su esposo ha solicitado sus servicios y se lamenta de tener que comunicárselo de esta forma. Este mensaje lo acompaña con una fotografía de ambos manteniendo relaciones sexuales y le avisa que existe "un video largo y explícito". Decide también exigir dinero a la mujer para evitar que salga a la luz, asegurando que "sería fatídico que sus vecinos o seres queridos lo vieran".

Llegan a un acuerdo

Se ha celebrado el juicio en la Audiencia Provincia de Barcelona en la que se pedían ocho años de prisión para el gigoló. Aunque finalmente se ha llegado a un acuerdo, el prostituto deberá entrar en prisión por una condena de cuatro años y se establece una orden de alejamiento del matrimonio durante dos años. El matrimonio que acudía al juicio como testigos no ha llegado a entrar en la sala, ya que este acuerdo se ha alcanzado antes de comenzar el juicio.

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