Policías gitanos
Gitanos en la Guardia Civil y en los cuerpos de Policía: "Me decían que no lo iba a conseguir, que me lo quitara de la cabeza"
En plena conmemoración de los 600 años de presencia del pueblo gitano en la Península Ibérica, conocemos tras el espejo de Miguel Ángel Silva, tres casos de ruptura de prejuicios y clichés establecidos. Gitanos en los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado como baluarte hacia el camino de la normalización. Estas son las historias de José, Séfora y Luis.
![Miguel A. Silva, policías gitanos Miguel A. Silva, policías gitanos](https://fotografias.antena3.com/clipping/cmsimages01/2025/02/11/C740297A-380A-48CC-9C36-BF1E469CFD1A/miguel-silva-policias-gitanos_70.jpg?crop=1920,1080,x0,y0&width=480&height=270&optimize=high&format=webply)
Publicidad
"Me decían que no lo iba a conseguir, que me lo quitara de la cabeza. Pensaban que el esfuerzo iba a ser en vano y no iba a servir de nada". José Jiménez Borjas hizo caso omiso a las advertencias de algunas personas de su entorno. A los 20 años, este gallego dejó de acompañar a su madre en los mercadillos para hacerse un hombre de placa. En esta metamorfosis poco común en su etnia, abandonó la venta ambulante para entrar en la academia.
Hoy, el primer policía local gitano de Galicia asegura: "Aquí estoy, cumpliendo mi sueño como agente de la autoridad". A 1.000 kilómetros de las calles de Ferrol, nos subimos a la furgoneta de la UPR (Unidad de Prevención y Reacción), para asistir al despliegue de un dispositivo de la Policía Nacional en una manifestación. Nos acompaña Luis Ríos, gitano. El subinspector Soriano es tajante: "A mí me ha venido muy bien tenerle en el equipo. Cuando hemos tenido alguna pelea entre familias de etnia gitana, él conoce sus normas, sus tiempos. A lo mejor yo voy de una manera a solucionarlos y lo estoy empeorando".
Además del tópico 'es uno más', a Luis sus compañeros de unidad tienen mucho que agradecerle: "En intervenciones de detenidos que llevan muchos años en búsqueda, se han entregado sin resistencia alguna gracias a él". Este veterano policía de Puebla de Guzmán (Huelva), hace alusión a los códigos y vínculos que tienen los gitanos a la hora de comunicarse, y cómo esto ha propiciado que ciertas operaciones dificultosas hayan sido saldadas positivamente.
Prejuicios y barreras
Séfora Utrera es gitana del barrio Palma-Palmilla de Málaga, allí conoció al que hoy es su marido, Ernesto, guardia civil y payo. "Al principio choca. Cuando él estaba destinado en Guadalajara, se sorprendieron de que hubiese una gitana viviendo en un cuartel de la Guardia Civil". Llevan 18 años casados, tienen cinco hijos y la boda la oficiaron por el rito gitano.
"Él me respetó. Lo hicimos de manera voluntaria, no obligamos a nadie. No entiendo que haya gente que no quiera respetar nuestras costumbres". Le preguntamos a Ernesto por qué todavía es poco común encontrar a gitanos dentro de las fuerzas de seguridad estatales. "Los gitanos llevan 600 años empujados a la marginalidad. Cuando te persiguen por activa y pasiva, te relegan al último rincón del pueblo o la ciudad, es normal... Ahora es diferente. Espero que en las generaciones de mis hijos empiece a haber más gitanos policías o guardias civiles".
José Jiménez también considera que se debe seguir trabajando con firmeza en la eliminación del racismo. "Mi sobrina me preguntó un día por qué había una definición peyorativa de gitano en el diccionario", haciendo alusión a la cuarta definición (coloq.) de la RAE, "gitano: que estafa u obra con engaño".
Formarse es el camino
Los tres gitanos protagonistas coinciden en que el acceso a la vida académica o a estudios superiores es el reto que esta comunidad tiene que solventar. La formación como llave de acceso a la completa normalización de un pueblo que quiere demostrar que la marginalidad es cosa del pasado.
"Habitualmente, voy a colegios e institutos a contar mi experiencia a chavales gitanos. Al principio, se extrañan. Un policía gitano. Desde la educación es desde donde debemos combatir los prejuicios que todavía puedan quedar". Luis Ríos tiene en mente un proyecto, el primer congreso de policías y guardias civiles gitanos para una mayor visibilización de una relación que, poco a poco, deja de ser inédita.
"Nosotros no obligamos a nuestras hijas a casarse jóvenes, ni a hacer la prueba del pañuelo. Les enseñamos nuestra costumbres y ellas eligen. A lo que sí le obligamos es a estudiar. Si no, les cortamos Internet". A Ernesto y Séfora les brillan los ojos cuando nombran a Antonio, Ana, Ramón, Séfora Jr y Ernesto Jr., sus cinco hijos. Estos saben lo que es que su padre vista placa y uniforme y sea un agente de la ley. El ejemplo, lo tienen en casa. Una generación que deja atrás los estereotipos y camina hacia el respeto y la buena convivencia. Seiscientos años después, no deberíamos estar escribiendo sobre ello.
Más Noticias
-
Fallece Abdel, el joven con cáncer "abandonado" en Melilla: "Lo han dejado morir"
-
El juez ya tiene los vídeos del momento en que la hija de Anabel Pantoja sufrió la primera crisis de salud: "Se separan"
-
Susanna Griso se pronuncia sobre su ruptura con Íñigo Afán de Rivera en Espejo Público: "Nos hemos separado con el deseo de ser los mejores amigos posibles"
Puedes ver 'Espejo Público' completo en AtresPlayer.
Publicidad