Incendio en el pozo donde se busca el cuerpo de Marta del Castillo

El pozo se encuentra abandonado y funcionaba como estación de bombeo. Los agentes de la unidad de subsuelo deben prepararse a conciencia para no correr ningún riesgo en un entorno cien por cien hostil. Es un descenso lento y preciso para evitar cualquier tipo de movimiento de tierra hasta recorrer el total de su profundidad. Se enfrentan a 11 metros de profundidad, 6 de ellos cubiertos de agua, el resto son sedimentos, barro, lodo y una gran cantidad de residuos que tienen que drenar.

No solo se buscan los restos de Marta, también lo que haya podido quedar de sus efectos personales. Una minuciosa tarea teniendo en cuenta el tipo de sedimentos que se extraen del interior del pozo: detrimentos y desperdicios. El equipo de los agentes, especialmente las botas, reflejan las condiciones en las que se realizan los trabajos en el interior de este pozo, uno de los 5 literalmente peinados.

Acordonada la zona, no solo por delimitar el terreno para evitar la entrada de personas ajenas por la posible contaminación de pruebas, sino por la peligrosidad de las labores que se realizan. Acotan un punto clave: un pozo idóneo para deshacerse del cuerpo de Marta. Es un lugar de paso. Ahora todo es cuestión de paciencia, jornadas de trabajo sin tregua y sin descanso y un poco de suerte. Suerte para poner fin a una pesadilla para la familia de Marta que en pocos días durará ya 6 años.