Acoso sexual

El infierno que vivió María tras ser acosada sexualmente, presuntamente, por el anciano al que cuidaba

En Murcia, una cuidadora denuncia el acoso sexual sufrido por parte del anciano de 72 años al que ha cuidado durante siete meses y 24 horas al día. El anciano y supuesto acosador ha llegado incluso a encerrarla en su casa, le obligaba a hacerle tocamientos: "Es un 'poquico' nada más y con eso ya me callas la boca. Un ratico, son cinco minutos"

María, víctima de acoso sexual

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María denuncia en Espejo Público el presunto acoso sexual al que la sometió el anciano al que cuidaba: "Llegó un momento que dije yo no voy a estar soportando todo esto, me tengo que arriesgar...voy a terminar con una parálisis"

Un acoso continuado es lo que ha tenido que sufrir María, nombre ficticio de esta víctima mientras cuidaba a un ganadero jubilado al que ya ha denunciado. La convivencia con el anciano ha sido un auténtico infierno. La cuidadora ha vivido en su domicilio para poder ahorrar y enviarle dinero a su marido en Latinoamérica para costearle las operaciones y tratamientos médicos provocados por la diabetes, que ya le ha dejado prácticamente ciego.

Juan, el anciano con nombre ficticio, conocía esta situación e incluso le ofreció supuestamente 50€ a cambio de mantener relaciones sexuales. Conseguir el empadronamiento también se convirtió en motivo de chantaje: "Yo te voy a empadronar. Eso ya está hecho, ahora vamos a lo otro" Son algunas de las amenazas que ha sufrido María.

Solo ocho días fueron suficientes para que el jubilado comenzara con el acoso a su cuidadora. Todo empezó un 14 de febrero, fecha que María tiene muy marcada en la memoria. Ese día comenzó el chantaje emocional: "Si quieres que seamos amigos vamos a hacerlo un 'poquico' y ya somos amigos del todo. Esto no se lo vas a contar a nadie, se queda en un secreto para ti y para mi"

Y aunque María se negaba: "No...por favor", el anciano seguía insistiendo y las vejaciones llegaron después: "pero por qué eres tan cría y tan tonta", le decía. Un calvario que María debía soportar las 24 horas del día.

Tampoco existía privacidad para ella. Se metía en su habitación, se bajaba los pantalones y le proponía mantener relaciones sexuales, hasta se ha llegado a masturbar delante de ella.

El juzgado le ha impuesto a este pensionista una orden de alejamiento de trescientos metros al considerar que existen bastantes indicios de supuestos delitos de acoso sexual, de agresión sexual y también de delitos contra los trabajadores.

Una situación que María ha sufrido durante meses, hasta que ha podido encontrar otro trabajo que le ha permitido cuidar a su marido y a su hija de 11 años.

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