Tecnología y Salud

La Inteligencia Artificial ayuda a pacientes con disfunciones verbales: "La conversación se analiza con IA y da una pauta"

Los avances tecnológicos normalmente suponen mejoras significativas en la vida de muchas personas, y lo hacen de una forma aún mayor cuando se ponen al servicio de la medicina para resolver enfermedades, patologías o síndromes, y sus síntomas.

Miguel Ángel Ruiz, responsable innovación Samsung España

Publicidad

La Inteligencia Artificial está suponiendo una auténtica revolución en numerosos campos y todo apunta a que lo que estamos viendo es sólo el principio de los muchos cambios que afrontaremos en un futuro próximo.

Cuando la tecnología y las ciencias sanitarias convergen, los avances y resultados engrandecen el papel que ambos campos tienen en la sociedad, y sus efectos positivos resultan inmensamente beneficiosos para muchos pacientes, y su familia y entorno.

El avance tecnológico

Es el caso de una innovadora aplicación: 'Impulse'. Este programa informático, en forma de 'App' para dispositivos inteligentes como teléfonos móviles (smartphones) o relojes (smartwatches), está diseñado, dirigido e indicado para casos de tartamudez, problemas en el habla, que pueden deberse a patologías como el ictus, y otros trastornos en la dicción.

La aplicación está avalada por la Asociación de Logopedas Españoles y proporciona asistencia a la hora de conseguir una dinámica oral mucho más fluida.

Casos concretos

El periodista de Espejo Público, Raúl García, acompañaba a Fernando en sus quehaceres cotidianos para conocer su situación y descubrir cómo se beneficia de esta tecnología. El hombre sufre disfemia, que para muchos resultará un término desconocido, pero es sinónimo de tartamudez, lo que resulta muy incapacitante para una persona, así como estigmatizante.

Fernando explica que en adultos ya no sería tan grande el impacto que esta alteración tiene sobre la autoestima y vida social de la persona que lo sufre, pero sí lo sería en el caso de los niños: "En el momento que piensas que te vas a trabar, piensas: ¿Qué va a pensar ese que está ahí? Quien sea un poquito frágil lo pasa muy mal".

¿Cómo funciona?

Todas las personas de manera inconsciente seguiríamos un patrón rítmico a la hora de hablar. La aplicación 'Impulse', instalada en el teléfono móvil, conecta el smartphone con un reloj inteligente, y ayuda a las personas que padecen interrupciones en el habla, proporcionándoles un ritmo que les sirva de guía a la hora de expresarse, en forma de vibraciones periódicas.

Miguel Ángel Ruiz, Responsable de Innovación de Samsung en España, explica el propósito de estas vibraciones. Asegura que el habla "está basada en un ritmo", que las personas con este tipo de dificultades pierden. Así, mediante vibraciones más o menos frecuentes que el paciente siente en su muñeca, a lo que ayuda el reloj es a mantener el ritmo y la fluidez de la conversación: "En función de la conversación, se analiza con Inteligencia Artificial y marca una pauta".

A parte de analizar una conversación en tiempo real y dar una respuesta al instante, el responsable de la empresa tecnológica coreana en nuestro país, asegura que "el propio usuario puede escribir su discurso y el algoritmo analiza esas frases y el ritmo natural de acentuaciones y pronunciaciones de cada palabra".

Opinión de profesionales

Javier es médico y afirma que sufre tartamudez desde bien joven. Además el hombre asegura ser usuario de esta revolucionaria tecnología y reconoce que lo que hacen las vibraciones es "regular el ritmo del habla o hacerte hablar más lento, y conseguir una mejora".

El logopeda, Gonçalo Leal, es Director Clínico de Speechcare Center ha participado en el diseño y desarrollo de la aplicación, y asegura que es un recurso adicional, complementario y perfectamente compatible con la terapia que el paciente en cuestión siga trabajando con un profesional: "Esta aplicación puede potenciar los resultados de la logopedia y es exactamente en eso en lo que estamos trabajando".

Antena 3» Programas» Espejo Público» Noticias

Publicidad