Isabel salvó a su vecina de ser asesinada a cuchilladas, con un símbolo de la DANA: "Le di con la pala con todas mis fuerzas"

La localidad de Paiporta volvía lamentablemente a primera línea de la actualidad, esta vez por unos hechos que nada tiene que ver con la DANA del pasado mes de octubre que causó tanta devastación.

Precisamente uno de los objetos relacionados con la tragedia vivida en Valencia ha sido clave en este suceso.

La vecina de la localidad que protagoniza esta historia es Isabel. Como otras miles de personas padeció las consecuencias de las lluvias torrenciales de la histórica DANA y he retirado kilos y kilos de lodo y escombros con sus propias manos y la ayuda de una pala. Terminadas las tareas de limpieza, la mujer decidió que de todo lo utilizado en ellas, conservaría ese sencillo instrumento. Esa pala que ya era un símbolo, cuya propietaria quería enmarcar y exponer en su vivienda como obra de arte y monumento en recuerdo de lo sucedido, ha adquirido más valor aún.

"¡Ayuda! ¡Me mata!"

Isabel escuchó unos gritos estremecedores de auxilio en la calle. Cuando se asomó, presenció algo espeluznante. Un hombre estaba agrediendo a una mujer con un cuchillo: "Vi cómo le daba tres puñaladas, más no sé".

La mujer sobre la que ahora los vecinos se deshacen en elogios reaccionó de una forma instintiva. Agarró la pala que había dejado tras la puerta de su casa y se apresuró al lugar de la agresión. Al llegar sólo actuó: "Le di con la pala con todas mis fuerzas".

"Le dieron otro estacazo"

Acto seguido el agresor se volvió hacia la espontánea salvadora, momento que Isabel aprovechó para animara a la malherida mujer a que huyera a la carrera. Entonces era la integridad de Isabel la que corría peligro y ella puso la pala entre ella y el hombre armado con el cuchillo, a modo de escudo.

No se sabe lo que podría haber ocurrido, pero acto seguido Isabel sintió que tiraban de su ropa hacia atrás. Por suerte era otro vecino, que la apartó, le quitó la pala y el símbolo de la DANA fue empleado una segunda vez para animar al agresor a desistir en su comportamiento enajenado y de extrema violencia: "Le dieron otro estacazo. Resultó ser el padre de la víctima".

Una puñalada en el cuello y dos en el pecho

El padre de la víctima no era consciente de las heridas de su hija y se centró en Isabel, sin embargo ella sí sabía de las puñaladas que había sufrido la joven, que caía al suelo a escaso metros del lugar.

La resistencia que pudo oponer la víctima con sus propias manos, junto con la defensa de Isabel pala en mano, sirvieron para que las heridas no supusieran un daño vital: "Conseguimos entre las dos que las puñaladas no fueran tan profundas como para causar un daño vital. De todas maneras llevaba una en el cuello y dos en el pecho".

Isabel asegura que ahora la víctima se recupera favorablemente de sus heridas y el atacante se entregó en el cuartel de la Guardia Civil pocas horas más tarde de llevara a cabo la brutal agresión.

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