Salud

Jaime, obligado a ducharse más de 40 veces al día por una enfermedad: "He perdido todo, básicamente"

El joven sufre un trastorno que le forzaba a darse 42 duchas en un mismo día, explica los detalles de cómo afecta a su vida este problema.

Jaime, joven con TOC

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Los colaboradores de Espejo Público reconocen que, dentro de sus costumbres de higiene, hoy en día lo habitual sería ducharse entre una o dos veces al día dependiendo si realizan algún tipo de deporte.

No es el caso de Jaime Aimar, el caso de este joven recuerda la importancia de la salud mental. Sufre un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), diagnosticado cuando tenía 12 años y reconoce que "durante un tiempo" de su vida, adquirió el "hábito de acumular más y más manías".

La condición de Jaime le llevó a sentir la necesidad de darse hasta 42 duchas al día por pensar que así evitaría que ocurriera "un evento catastrófico" a su familia o a él mismo.

"Me cambiaba 3.600 veces de camiseta"

Jaime admite, "mi día a día era bastante complicado", asegurando que en su rutina diaria "contaba los pasos que daba, las horas, asociaba la ducha a una determinada hora", e incluso asegura que se cambiaba 3.600 veces de camiseta o que hasta contaba las letras que escribía, teniendo "un pensamiento continuo de que si no hacía este tipo de rituales, iba a suceder algún acontecimiento catastrófico", síntoma conocido como 'pensamiento mágico supersticioso'.

"Superarse como tal, no se supera"

El TOC que sufre Juan afectaba de una forma muy significativa su calidad de vida. Actualmente el joven afirma que ha recuperado mucha de esa calidad aunque "superarse, como tal, no se supera. Lo que se consigue es un tipo de vida más estable" a través de "terapia" y una serie de "ejercicios bastante exhaustivos".

Después de "momentos muy pico", en los que su día a día estaba ocupado casi totalmente por las obsesiones "exageradas para una persona normal", Juan asegura que ahora se siente "feliz".

Jaime es consciente que "con esfuerzo y trabajo, se puede salir" y ha recuperado un nivel de calidad de vida del que no pudo disfrutar mucho tiempo.

Muy duro para el entorno

Un trastorno de estas características supone un reto con muchas dificultades para las personas que rodean a la persona que lo padece debido a la "desconfianza que generas", según relata Jaime, por que "acabas mintiendo, al no querer explicarlo" o faltando a lugares u ocasiones "por vergüenza".

Todo perdido

Uno de los pasos más importantes para él, sino el que más, habría sido asumir, admitir y decir abiertamente "tengo este problema". Pero hasta entonces Jaime admite que por el camino, debido al TOC habría "perdido familiares, amigos, parejas, un montón de... bueno, todo básicamente".

Comunicarlo y la música, su salvación

El joven insiste en que el punto de inflexión para el, fue comunicarlo, lo que le permitió comenzar la búsqueda de una salida. También admite que lo sufrido habría tenido consecuencias negativas para su economía, ya que el trastorno llegó a afectar a su carrera profesional.

"A mi lo que me salvó fue la música" asegura Jaime, que admite además que la sensación de incomprensión que llegó a tener, le provocó incluso pensamientos suicidas.

"Por suerte, la música tiene un efecto mágico en mí"

Las sensaciones que provocan las notas musicales sobre él, hacen de la de Jaime una vida más fácil y, le permitirían desarrollar su carrera profesional, de productor musical y 'dj', de una manera más sencilla.

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