Sucesos

Javier, testigo de la estampida mortal de Seúl: "Hubo gente atrapada mucho tiempo"

Javier Aldea es un español que estudia en Seúl desde hace 2 meses. En el momento de la estampida mortal en el barrio de Itaewon, que ha dejado al menos 154 muertos, se encontraba en la concurrida calle con 2 amigos. Esta es su crónica de los hechos.

Javier y sus amigos pasaron por la calle donde se produjo la estampida mortal de Seúl que ha dejado al menos 154 muertos minutos antes de la tragedia. Cuenta que intentaron avanzar unos metros porque querían llegar a un club del famoso barrio de Itaewon pero se dieron la vuelta porque había demasiada gente.

La calle estaba en colapso y cuenta que el tránsito era muy complicado. Señala que al principio de la noche mucha gente intentaba llegar a los clubs. En la parte de arriba de esa calle se encuentra uno de los clubes más famosos. Muchos quisieron dar la vuelta como Javier y sus amigos pero no pudieron.

"Vi los primeros cadáveres pero no era tan fácil entender lo que estaba pasando"

"Hubo gente que estuvo mucho tiempo atrapada y cuando se quisieron dar cuenta no pudieron salir", relata. Cuenta Javier que él y sus amigos son altos y avanzaron pegados a la pared pero no todo los presentes tuvieron la misma suerte. "Hubo gran confusión porque muchas de las personas no se dieron cuenta hasta que salieron de los clubes".

Esa noche sí le dio tiempo a entrar en uno de los clubes de la zona y recuerda que el aforo era normal. Lo que no era normal era el número de personas que circulaba por una calle tan estrecha y que además está en pendiente.

No cree que hubiera un detonante concreto que generara la estampida. Sino que alguien caería al suelo, la gente se empezaría a agobiar y se produjo la avalancha. Algunos rumores apuntan a que todo se precipitó cuando corrió la voz de que algunos famosos estaban en algunas de las discotecas, sin embargo Javier mantiene que no fue así.

Javier estudia en Seúl desde hace 2 meses con un programa de movilidad internacional. Vio los primeros cadáveres, algunos entrando en las ambulancias y a la Policía intentando disipar la situación. El ambiente era muy confuso porque cuando se empezó a salvar a las víctimas había mucha gente por la calle. "No fue tan fácil entender lo que estaba sucediendo", relata.