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CASO MARTA DEL CASTILLO | REPASAMOS LAS PIZARRAS DE LA INVESTIGACIÓN
Las llamadas de teléfono móvil la noche del crimen demuestran las mentiras de María Garcia en el caso Marta del Castillo
Espejo Público sigue desgranando las contradicciones entre la sentencia del caso Marta del Castillo y las pizarras en las que anotaron los investigadores las pistas que iban recavando. Según las llamadas que recogió la Policía la novia del hermano del asesino confeso no se encontraba en el piso de León XIII cuando dijo al juez que sí estaba allí estudiando cuando se produjo el crimen pero no escuchó nada.
La noche en la que desapareció Marta del Castillo la novia del hermano de Miguel Carcaño, María García Mendaro, aseguraba estar en el piso de León XIII estudiando. Después de que los implicados revelaran en distintas declaraciones que la muerte de Marta del Castillo se produjo en el piso de León XIII llamaba la atención que esta mujer no percibiera nada.
En su defensa alegó que había estado estudiando entre las doce y cuarto y las dos de la madrugada del ya 25 de enero en el piso de León XIII, donde después se acostó y sólo se levantó para abrir la puerta a su novio, Javier Delgado, que llegó a las cuatro de la mañana.
Durante su estancia en el piso, María no vio a Miguel Carcaño ni a Marta del Castillo, pero sí percibió al pasar por la puerta del cuarto de Miguel, que permanecía cerrada, “un olor extraño, no a limpio, sino como el de las fregonas sucias de los bares”.
Según las anotaciones policiales de las pizarras que ha revelado espejo Público la novia del hermano del asesino confeso hizo una llamada telefónica a las 0,30 horas que no la situaba en el domicilio de León XIII, sino en la calle Doctor Cervis. Esta teoría está apoyada con el testimonio del padre de Marta que asegura que en torno a las 0,30 horas golpeó las persianas del piso de León XIII sin que nadie respondiera a la llamada. Asimismo, otros amigos de Marta declararon haber acudido al piso donde se produjo el crimen y que tras golpear las persianas y mirar a través de las rendijas no vieron a nadie.
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