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JUICIO AL 'PROCÉS'

Los 7 líderes independentistas huidos de la Justicia que evitarán ser juzgados

Son los huidos de la justicia española. Siete exlíderes independentitas asentados en 3 países europeos diferentes y con sede central en Waterloo: el punto exacto de la residencia oficial del expresident Carles Puigdemont.

Solo dos días después de que el Parlament votase la declaración de independencia y se aplicarse el Artículo 155, tras dar su último discurso público y su último paseo por Girona, Puigdemont huyó a Bruselas. Era octubre de 2017. Desde entonces es el "máximo responsable" del proceso independentista.

El juez Llarena dictó hasta en dos ocasiones una orden internacional de detención por tres presuntos delitos: rebelión, sedición y malversación. Bélgica la rechazó y Alemania tan solo aceptaba su extradición acusándolo por el delito menos grave, la malversa de fondos públicos, y que a la que Llarena se negó. Desde entonces, el Tribunal Supremo continúa investigando todo lo relativo al expresident y el resto de fugados pero en una pieza separada. Sin fecha para juzgarlo y a la espera de que Puigdemont volvise a España.

Mientras el expresident se mueve libremente por Europa y protagoniza constantes reuniones en las que también se les ha visto a ellos: a Antoni Comín, Lluis Puig y Meritxell Serret, exconsejeros de salud, cultura y Agricultura. Todos huyeron con Puigdemont hace casi un año y medio y todos están ahora asentados en Bruselas y en libertad después de que el Supremo retirase la eurooden emitida contra ellos.

También contra Clara Ponsatí. Tras meses en Bélgica, la exconsejera de Educación se trasladó a Escocia, en Reino Unido. Allí un tribunal escocés dictó este verano su puesta en libertad sin condiciones. Hoy da clases en la Universidad de Saint Andrew.

A más de 1.700 kilómetros está Marta Rovira, secretaria general de ERC. El 23 de marzo de 2018, el mismo día que debía haber acudido a declarar al Tribunal Supremo huyó de España. Asumía "el camino del exilo", decía en una carta pública, porque no se setía libre. Poco se ha sabido de ella durante estos meses. Ni si quiera se conoce su ubicación real. Tampoco de Anna Gabriel, asentada también en Suiza en febrero del año pasado.

Si se les podrá juzgar o no algún día en España es hoy una pregunta de difícil respuesta.

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