#LaRevuelta
Una madre acusada por error durante 8 años de maltratar a su bebé: "Los informes del parto desaparecieron"
Lucía acababa de dar a luz y le entregaron a su hijo con la cabecita vendada. Las ventosas que usaron durante el parto le habían hecho una herida pero, un mes después, acusaron a la madre de malos tratos.
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El 1 de febrero de 2011 tendía que haber sido el mejor día de la vida de Lucía, pero se convirtió en una auténtica pesadilla que duró ocho años. Era el día en que daba a luz a su hijo. Su parto tuvo complicaciones desde el principio: su bebé no podía salir. Los médicos utilizaron las ventosas y le hicieron una herida en la cabeza. Lucía nunca imaginó que los problemas del parto de su hijo la llevaran a enfrentarse a una pena de cárcel, acusada de maltrato infantil.
Cuando le dieron a su hijo tenía la cabecita vendada. Al preguntar qué había pasado, dijeron que se les escapó la ventosa y tuvieron que curar. 27 días después de dar a luz, Lucía y su pareja llevaron al bebé al hospital porque no reaccionaba. El médico que lo atendió les informó de que había sufrido un derrame cerebral, y dio parte judicial: creían que el niño era maltratado y que el derrame lo provocaron sus progenitores. "Ahí no me imagino la pesadilla que vamos a vivir. Meten a mi hijo en la UCI y nosotros nos quedamos fuera. Pasaron días sin poder verlo", cuenta esta madre.
Desde ese momento cayó un estigma sobre los padres que nunca desapareció
A raíz de ese momento, cayó un estigma sobre ellos que nunca desapareció. Los profesionales "salían solamente para preguntarnos cómo le habíamos hecho la herida de la cabeza". Además, las enfermeras se referían a su hijo como "el niño maltratado". Y por la calle "nos señalaban, nos decían palabras muy feas. Esto de eres inocente hasta que se demuestre lo contrario, es mentira".
Tras 21 días ingresado, su hijo recibió el alta, "pero no salió con nosotros". Los servicios sociales se lo dieron a otra familia. "Ese momento es horrible. Nosotros vamos al hospital, veo policía, veo a una mujer con un bebé en brazos tapado con una mantita roja. Ahí es cuando dices, no termina", detalla Lucía. "Confiábamos en que se iban a dar cuenta de que era un error", pero no fue así. "Al volver a casa con los brazos vacíos, decimos: vale, esto no ha hecho más que empezar".
El calvario era aún mayor. Cabía la posibilidad de que les declararan culpables e ir a la cárcel. Y para más inri, "cuando saliéramos, estar x años con una orden de alejamiento hacia mi hijo".
¿Cómo es posible que nadie entendiera lo que había ocurrido en el parto?
"Porque los informes del parto desaparecieron", según detalla Lucía. Sin embargo, "gracias a las fotos de mi hijo recién nacido con la cabeza vendada, pude demostrar que salió del hospital con esa herida". De hecho, con esa herida le causaron secuelas neurológicas irreversibles.
Gracias al neuropediatra Fernando Mulas, que intervino en el juicio, el juez consideró que existía una duda razonable sobre los malos tratos. "Yo tenía muy clara la convicción de que había serias dudas de la realidad. No había indicios consistentes", asegura el doctor.
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La tarea de Mulas fue muy compleja. "Me recordaba a 12 hombres sin piedad. Tenía a diez colegas tratando de convencerles de que no había evidencia" del delito. Este neuropediatra logró explicar por qué un niño encajado durante tanto tiempo en el canal de parto había desarrollado las hemorragias y los hematomas que provocaron el derrame cerebral, y Lucía por fin, fue declarada inocente.
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