Abuso sexual en Motril

La madre de un niño víctima de abusos: "Mi hijo odia a los gays porque el pederasta que abusaba de ellos lo era"

María leyó los mensajes subidos de tono que un supuesto pederasta le dejaba a su hijo en las redes sociales. "Le decía que cuánto le medían sus partes", revela.

Depredadores de niños.

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Señala la abogada penalista Beatriz de Vicente que las secuelas de los abusos sexuales en las víctimas son mayores cuanto más cercana es la relación entre el abusador y la víctima. Lo habitual es que el agresor sea alguien cercano y use vínculos de confianza, mantiene. Establece además que el 50% de los casos de abusos sexuales son de personas conocidas y el 35% tienen lugar dentro del núcleo sexual más cercano.

María vive en Motril. Su hijo y otros 8 niños han denunciado a un supuesto agresor sexual. Cuando denunció su hijo tenía 12 años y el mayor de los denunciantes, 16. "Hablo de esto y se me remueve todo por dentro, es que es horrible, yo no entiendo como puede haber monstruos de esa manera".

"El presunto abusador, un vecino que daba clases de baile"

El presunto abusador era un vecino que daba clases de baile en el barrio. Explica que su vida siempre rondaba alrededor de los niños y era raro verle con gente mayor. Se dio cuenta de que este hombre hablaba con su hijo después de revisarle la cuenta de Instagram. Comenzó a hablarle con perfiles falsos y a hacerle preguntas subidas de tono como cuánto le medían sus partes íntimas. La consecuencia inmediata de estos abusos ha sido el fracaso escolar. Su hijo era un estudiante modélico y ahora ha abandonado los estudios y no tiene ni el graduado escolar, como él el resto de los menores presuntamente abusados.

Otra de las consecuencias de estos hechos es que su hijo tiene ahora rechazo a los gays. "Yo le digo a mi hijo que ser gay no es ser un pederasta", apunta. Al presunto pederasta le echaron del barrio y ahora está en Getafe.

"Es difícil de detectar porque los niños no se dan ni cuenta de que están siendo abusados"

Señala esta madre que estos casos son difíciles de detectar porque muchas veces los niños no se dan ni cuenta de que están siendo abusados por un pederasta y más cuando lo conocen. Además, cuando se dan cuenta de que están siendo abusados les da miedo y vergüenza y siguen accediendo al chantaje. "Es muy difícil que tú a un niño puedas pillarle algún síntoma", explica.

La familia de María lleva 3 años y medio esperando juicio y le parece una tortura esperar tanto. "Yo te digo que para mí seguirá abusando de niños", advierte esta madre.

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