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MEDIO AMBIENTE
Malasia se convierte en el vertedero del plástico que no quiere EEUU o Japón
El país asiático se ha convertido en uno de los mayores importadores de plástico de todo el mundo. Eliminan la basura que países como Estados Unidos, Reino Unido o Japón no quieren. Solo entre enero y julio del año pasado, llegaron al país 754.000 toneladas de restos de este tipo de material.
El olor a plástico quemado y una bruma gris inunda la ciudad malaya de Jenjarom de 33.000 habitantes. Esta urbe esta asolada por 17.000 toneladas de plástico. En su distrito operan fabricas de reciclaje legales y ante la avalancha de negocio proliferan las plantas ilegales, perseguidas por el Gobierno porque se deshacen de los residuos enterrándolos o quemándolos a cielo abierto.
Cada noche, después de que el reloj marque las 12,00 horas, los vecinos de algunos barrios cierran puertas y ventanas y se preparan para lo inevitable. El aire huele a tubo de escape de camión y pican muchos los ojos
Es la consecuencia de que Malasia haya hecho del reciclaje un gran negocio a veces sin control, lo que tiene nefastas consecuencias para la salud. La comunidad ya está afectada por problemas respiratorios, de piel e incluso enfermedades crónicas.
Entre 1950 y 2015 se produjeron 6,3 billones de toneladas de desechos plásticos en el mundo, y para 2050 la cantidad acumulada alcanzará los 25 billones de toneladas.
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