Nueva ley

Mayte, de prostituta en Barcelona a abolicionista: "En este mundo encuentras lo peor de lo peor de lo que te puedas imaginar"

El Gobierno ha sacado adelante la tramitación de la abolición de la prostitución con el voto a favor de la derecha. El debate sale del Congreso para instalarse en la calle. Algunos como Mayte, exprostituta, conocen ese mundo desde dentro. Ella pasó de pedir su legalización a apoyar "que se cierren todos los prostíbulos de hombres y mujeres".

La colonia Marconi es el prostíbulo a cielo abierto más grande de Europa. Las cámaras de Espejo Público han sido testigos del trasiego de puteros que invitaban a las prostitutas a subir a sus vehículos. Al ser preguntadas por la nueva ley contra la prostitución muchas de ellas aseguraban ejercer de forma voluntaria, e incluso una mujer de unos 56 años aseguraba que su chulo era su propio nieto y que se veía obligada a ser trabajadora del sexo para darle de comer. Otras muchas no han querido hablar. Las jornada de trabajo son maratonianas y algunas de ellas aseguraban estar ahí de 9.00 horas a 21.00.

Maribel ejerció la prostitución durante años y entonces defendía su liberalización pero ahora lucha por cerrar los prostíbulos. "Todo lo que está fuera de la ley está en este tipo de locales. Te encuentras desde enfermedades hasta delitos", señala. Trabajó durante años en un local de prostitución en el centro de la Diagonal (Barcelona).

"Las chicas que trabajan en la prostitución están acostumbradas a cobrar mucho doneo y les costaría estar en un trabajo normal"

Cree que las chicas que trabajan en locales están acostumbradas a ganar mucho dinero y les costaría atenerse a un trabajo normal. "No conozco ningún ser humano que busque un trabajo en el que cobres menos de lo que estás cobrando. Todo el mundo quiere más", apunta.

Esta exprostituta señala que para el proxeneta una chica es un número que hace caja. "Tienes que generar dinero y meter en caja dinero", apunta. Cuenta Maribel que en los locales en los que ella ha trabajado se cometían barbaridades con las tarjetas de crédito inflando los precios de las consumiciones sin que los clientes pudieran quejarse.

"Si las prostitutas no hacen caja y no pueden pagar la deuda viven secuestradas"

"Con lo que he visto y lo que he vivido cerraría todos los prostíbulos de hombres y mujeres. Hay hoteles en los que las mujeres pasan la vida. Si una mujer tiene que pagar 100 euros al día y si va acumulando deuda no puede irse chica fuera. Yo a eso le llamo secuestro. Hay muchas mujeres que están secuestradas dentro del local y no pueden salir y no pueden decir ni 'ay'".