El ministro Bustinduy, sobre el control de la información: "Esto es un problema en la democracia"

Una crisis diplomática con México es el último de los asuntos que ha aflorado entre los dilemas del Gobierno de Pedro Sánchez. Las autoridades del país centroamericano han excluido a Felipe VI de la lista de invitados a la toma de posesión de la recién elegida presidenta, Claudia Sheinbaum. El motivo que esgrimen los mexicanos es una supuesta reacción airada de nuestro país, por no responder a la exigencia de disculpas por los agravios que consideran se cometieron durante la conquista de América.

"Un episodio desafortunado"

El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, mostraba prudencia y diplomacia. Pablo Bustinduy subrayaba la importancia de la relación entre España y México y manifestaba que es "absolutamente estratégica".

Insistía en mantener un talante suave frente a un "episodio desafortunado", según él. Invitaba a "ser prudentes" respecto al país que situaba de "aliado", por la relevancia histórica, cultural y económica, entre otros motivos.

"Corresponde ser prudentes. En lugar de atizar el fuego, entender que México empieza una nueva presidencia, con la primera mujer presidenta de la historia. Y a España tiene todo el interés del mundo en tener las mejores relaciones posibles", afirmaba Bustinduy.

El papel del Gobierno

El presidente del Gobierno Pedro Sánchez, desde la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, respondía a la decisión de México, tildándola de "inaceptable".

España por tanto no estará presente de manera oficial en la toma de posesión de la nueva mandataria del país latinoamericano.

No ha sido la única reacción. El compañero de partido del titular de la cartera de Derechos Sociales, Gerardo Pisarello, hacía unas declaraciones públicas en las que calificaba la actitud del Rey de España como arrogante y de una "enorme torpeza diplomática". Por si fuera poco, el diputado en el Congreso de Sumar, también anunciaba que su partido sí acudirá al acto.

Sin embargo el ministro de Consumo no mostraba ninguna contundencia y atribuía al Gobierno un deber para "calmar los ánimos" para contribuir en que estas tensiones diplomáticas se resuelvan "de la mejor manera posible".

Las polémicas nacionales

De vuelta a la política española, tampoco son pocos los puntos de tensión que no salen de nuestras fronteras.

El techo de gasto y la aprobación de los presupuestos del Gobierno y sus negociaciones, son uno de los asuntos que centra gran parte de la atención. Bustinduy destacaba la trascendencia de llegar a un acuerdo en esta materia por la influencia tan directa que tiene actualizar las cuentas para garantizar la estabilidad de los servicios públicos.

La lucha contra 'la máquina del fango'

Uno más de los temas candentes es sin duda es el 'Plan de Acción por la Democracia', aprobado por el Gobierno a mediados de septiembre. La lucha contra la creación, publicación y distribución de información falsa, bulos o 'fake news'. Son muchos los que interpretan que el Gobierno busca ejercer un control sobre los medios de comunicación. Sin embargo el ministro Bustinduy defiende el plan por asegurar una transparencia que implica en primer lugar al mismo Ejecutivo.

Aseguraba el ministro que el papel de la futura comisión responsable de aplicar las normas aprobadas no es el de vigilar a los medios, si no defender el derecho a la información veraz para evitar la manipulación y la influencia.

Mantenía que los bulos se han convertido en un peligro para las democracias. Ponía un ejemplo de lo ocurrido hace escasos meses en el Reino Unido: "Hubo una serie de disturbios, con linchamientos de personas migrantes, basados en noticias falsas".

Otra de las nuevas garantías, según el ministro de Derechos Sociales, es "blindar" el secreto profesional o garantizar la independencia y la transparencia de los medios de comunicación.

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